El futuro de la educación en tiempos de cambio

El futuro, más que una línea recta hacia lo desconocido, es un conjunto de posibilidades que requieren preparación y adaptación constante. Este es uno de los enfoques principales del futurólogo Peter Bishop, fundador de Teach the Future, una organización sin fines de lucro dedicada a introducir el pensamiento sobre el futuro en las escuelas y universidades.  

Bishop también fue profesor de prospectiva en la Universidad de Houston, disciplina que realiza análisis y estudios para explorar el futuro de un sector, en su caso, de la educación. 

Desde esta plantea que la clave para enfrentar los cambios en el ámbito educativo y social radica en aceptar la incertidumbre y desarrollar resiliencia frente a lo que está por venir. 

 “Lo que hacemos como futuristas no es solo hablar del futuro, hablamos del cambio. No únicamente del que vendrá, también del cambio que se está presentando en el presente y de los que vienen del pasado", dijo Bishop en una conferencia dictada en la Universidad de los Andes durante el evento ERA 2048, que justamente se realiza para inspirar una transformación profunda en la educación.

Pero el norteamericano advierte que, aunque el análisis de las transformaciones históricas es importante, no es suficiente, porque incluso el cambio también está mutando. Basta ver la aceleración tecnológica, que ha obligado a diferentes campos y profesiones a actualizarse de forma igualmente apresurada. 

Para Bishop, un error de las instituciones es basar sus estrategias exclusivamente en datos del pasado, lo que puede llevar a la complacencia y a una falta de preparación para los cambios futuros.  

"La certeza del futuro es un objeto muy valorado, pero se pierde la noción de que hay muchas cosas que son inciertas", subraya Bishop.  

La solución que propone Bishop es clara, aceptar la incertidumbre y trabajar con ella. En lugar de intentar predecir con exactitud el futuro, las instituciones deben prepararse para múltiples futuros. Un ejemplo de esto es el rango de posibilidades que ofrece la inteligencia artificial: "¿A dónde va esta? ¿Es una maldición o bendición? Hay que prepararse para eso", señala.  

Este enfoque, que incluye la creación de escenarios alternativos y el diseño de planes flexibles, es crucial para formar estudiantes y administrativos resilientes. 

Uno de los pilares al enfrentar los cambios es la creación de una visión o relato de futuro. Contar con una meta clara motiva a las personas y comunidades a avanzar, incluso en tiempos de incertidumbre. "Si existe una visión, es algo que va a emocionar a las personas", afirma. Aunque los obstáculos y desafíos son inevitables, tener un objetivo compartido permite que las organizaciones y comunidades enfrenten los cambios de manera constructiva y se adapten conforme surgen nuevos desafíos. 

En este proceso, el papel del liderazgo es esencial. Bishop compara a los líderes visionarios con figuras históricas como George Washington o Martin Luther King, quienes no solo imaginaron un futuro diferente, sino que se comprometieron a llevar a otros hacia ese cambio. Estos líderes son clave para empoderar a las personas, mostrarles que también pueden ser actores de cambio y ayudarlas a alinearse con una visión colectiva. 

La resiliencia, entendida como la capacidad de adaptarse frente a situaciones adversas, es una habilidad esencial tanto para individuos como para organizaciones en el contexto educativo. 

Según Bishop, las personas resilientes no creen que haya un solo futuro posible. "Hay muchas posibilidades, así que una persona resiliente dice que este es el futuro que espera que ocurra, pero que no está garantizado", explica.  

En lugar de prepararse para un único resultado, una mentalidad resiliente invita a considerar diferentes escenarios y estar listos para cualquiera de ellos.  

Desarrollar esta capacidad implica prestar atención a lo que ocurre en el entorno, estar dispuestos a aprender de los demás y adoptar una mentalidad abierta al cambio. La pandemia de COVID-19, según Bishop, es un claro ejemplo de cómo la capacidad de adaptarse a lo inesperado es crucial para la supervivencia y el éxito en un mundo en constante transformación.

“Realmente este es un tiempo muy fructífero para pensar en la transformación y hacer algo al respecto” – Susan Grajek, vicepresidenta de investigación, alianzas y comunidades de EDUCASE

Peter Bishop invita a que la preparación para el futuro no sea la de predecir lo que va a suceder, sino de prepararse para lo que podría pasar. La educación, esencial para el cambio continuo, debe estar alineada con esta perspectiva y fomentar en los estudiantes e instituciones una mentalidad resiliente que les permita enfrentar los retos del mañana con confianza y creatividad.