Eduardo Escallón, servicio más liderazgo igual a eficacia y gratitud
¿Cuál ha sido la clave del éxito del exdecano y actual profesor de la Facultad de Educación, Eduardo Escallón? Parece que la desciframos.Las carcajadas van y vienen, delatan una complicidad de años, se ríen, pero nadie sabe de qué, tal vez de un chiste viejo. La risa más estruendosa es la de Teresa López. Ella trabaja hace 20 años en los servicios de limpieza de la Universidad de los Andes, 8 de esos, en la Facultad de Educación. Conoce de “siempre” al profesor Eduardo Escallón.
―Es alguien ejemplar. No discrimina a las personas. Y no lo digo porque esté aquí a mi lado, él me protegió e hizo que la empresa con la que trabajo me permitiera seguir acá. ―confiesa.
Foto: Judy Pulido
El testimonio de Teresa pareciera revelar el secreto de la fórmula de Eduardo, la cual ha hecho que muchos lo estimen.
Goethe, el poeta alemán, decía que se puede juzgar fácilmente el carácter de un hombre por cómo trata a quienes no pueden hacer nada por él. Este podría ser el caso del profesor Escallón quien, a lo largo de 15 años de trabajo continuo en Los Andes, ha ayudado a los demás sin la intención de recibir un beneficio personal en contraprestación. La ambición no ha sido otra más que servir.
Su amiga y profesora de la Facultad de Educación, Carolina Maldonado, quien conoció de cerca su esencia como líder, complementa que siempre le ha llamado la atención su estilo resolutivo y afable:
―Se volvió parte de la cotidianidad que las personas entraran a su oficina con un problema y usualmente salieran con una sonrisa y el problema resuelto.
Al mirar el retrovisor, no solo se ve el cariño también, los resultados tangibles: fundar y dirigir el Centro de Español; dirigir el Centro de Investigación y Formación en Educación (CIFE); crear el Centro de Evaluación; y posteriormente ―uno de sus hitos más importantes― fundar y dirigir la Facultad de Educación durante 8 años, para luego crear, también, el Centro de Enseñanza y Aprendizaje. Se puede decir que desarrolló e impulsó unidades académicas vitales para la Universidad.
Eduardo Escallón: “Todo lo que hago y tengo en este momento se debe a la Universidad de los Andes”.
Su camino en Los Andes no empezó en 2009, cuando llegó a dirigir el Centro de Español. No. La relación entre él y esta alma máter ha sido todo un peregrinaje de vida.
Fue en Los Andes donde le dio rumbo a su destino profesional.
Corría la década de los 80, cuando decidió estudiar Arquitectura en esta Institución. Eran los primeros días del pregrado, tomó un curso de ‘Historia Económica de Colombia’ con el historiador antioqueño Jaime Jaramillo Uribe, quedando así fascinado por esta ciencia social. Con la guía de Jaramillo, cambió de carrera y se fue a estudiar Historia a la Pontificia Universidad Javeriana. De esa época quedaron muy buenos amigos.
Pero nunca rompió su vínculo con Los Andes.
Tras su pregrado, la vocación de educador germinó. Cuestión que lo llevó a ser profesor del Colegio Colombo Hebreo, el Colegio Los Nogales y de la Universidad Javeriana, institución donde hizo parte del experimento del ‘Boletín de Historia’, en el que estudiantes de últimos semestres conformaban el comité editorial y escribían artículos, bajo la guía y orientación suya, y estos eran divulgados en una sección de aquella publicación. Poco tiempo después, llegó a dictar clase en Los Andes, en un curso que se llamaba ‘Colombia Hoy’.
A manera de anécdota, cuenta Escallón, en ese ‘Boletín de Historia’ publicó por primera vez su amigo Mauricio Nieto, exdecano de la Facultad de Ciencias Sociales. De esa fecha hasta hoy han pasado más de 35 años. Escallón y Nieto siguen firmes en su amistad.
―Eduardo es un tipo alegre, que siempre tiene sentido del humor, es un buen amigo, de corazón grande. Solo tenemos una única rivalidad y es el fútbol, cuando bromeamos porque él es hincha de Independiente Santa Fe y yo, de Millonarios. ―expresa Nieto.
Esta Universidad también ha estado vinculada a su familia.
Foto: pintura en acuarela de la casa de su padre, autoría de Eduardo Escallón, el arte es otra de sus pasiones
La pareja de Eduardo Escallón es la exdecana de la Facultad de Derecho Helena Alviar. Y su hijo mayor, Alejandro Escallón Alviar, se graduó como abogado uniandino en 2012.
―La Universidad de los Andes ha significado muchísimo en mi vida y voy a decir en nuestra vida porque es la vida de mi familia. ―sostiene Eduardo.
Convencido de que en el oficio educar está la clave para transformar a Colombia, en Uniandes pudo desarrollarse profesionalmente en su compromiso de servicio al país.
En sus 8 años de gestión como decano y fundador de la Facultad de Educación se desarrollaron 9 licenciaturas y, actualmente, ocupa, según el ranking QS de marzo de 2023, el primer lugar entre las facultades de educación del país. Además, subió a la octava posición en América Latina.
―Cuando uno se sienta en la silla la decanatura, lo hace para servirle al profesorado y al estudiantado. Para que ese sea el mejor lugar posible para ellos. Por eso quienes no se forman para servir, se dedican a mandar. El bienestar de las personas fue lo más importante. La calidad en las relaciones construye un lugar de trabajo donde uno no viene a sufrir, sino a realizarse como persona.
Si uno de sus objetivos fue adicionarle al liderazgo el servicio para obtener eficacia y gratitud, Eduardo lo logró. Ese es, sin duda, el secreto para ser un gran educador.