Competencias transversales como pilar del aprendizaje activo
Competencias como ética, habilidades digitales, pensamiento crítico, aprendizaje autónomo y trabajo en equipo son pilares fundamentales en la educación.
La incorporación de competencias transversales en los planes de estudio universitarios se presenta como un requisito esencial para la preparación integral de los estudiantes. Más allá de la adquisición de conocimientos especializados en sus disciplinas, se busca equipar a los estudiantes con habilidades y aptitudes fundamentales en el dinámico escenario del siglo XXI. Este contexto, marcado por la rápida transformación tecnológica y los desafíos socioeconómicos y ambientales contemporáneos, demanda una formación educativa que vaya más allá de los límites tradicionales.
“Las competencias como éticas y ciudadanas, comunicación, habilidades digitales, socioemocionales, pensamiento crítico, aprendizaje autónomo y trabajo en equipo se erigen como pilares fundamentales en la educación del futuro”, afirma Juny Montoya, P.hD en Educación de la Universidad de Illinois
Montoya, quien está a cargo de la Dirección de Innovación y Desarrollo Académico, Curricular y Tecnológico para el Aprendizaje (DIDACTA) de Los Andes, subraya la importancia de que el estudiante sea el centro del proceso educativo, enfocándose en fortalecer un aprendizaje activo basado en la experiencia y la práctica. Esta visión implica, según la pedagoga, la necesidad de reconfigurar los currículos universitarios, incorporando espacios sustanciales donde los estudiantes puedan interactuar con comunidades, participar en proyectos prácticos y aplicar sus conocimientos en entornos empresariales, organizativos y gubernamentales.
Los espacios de práctica, como el aprendizaje servicio, deben dejar de ser opciones electivas o actividades voluntarias; más bien, deben integrarse como parte esencial de un diseño curricular que enfatice y guíe el aprendizaje con responsabilidad social.
Durante el panel ‘Significado y alcance de la ética transversal en la enseñanza superior’, Pablo Ayala Enríquez, director de Impacto Social en el Tecnológico de Monterrey, compartió su experiencia en la implementación de estas competencias. “La transversalidad ética en nuestro currículo busca formar profesionales con conciencia ética y responsabilidad social. Queremos que los estudiantes apliquen su talento y excelencia profesional en proyectos orientados a transformar su entorno y promover el bienestar común”. Estas competencias éticas deben estar alineadas a los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Según el experto, en México existe la obligatoriedad del servicio social en las carreras universitarias con 480 horas, y también cuentan con el voluntariado institucional que se puede ejercer después de concluir el servicio social para que realmente sea ejerza por voluntad propia.
Panel: ‘Significado y alcance de la ética transversal en la enseñanza superior’.
Pablo Ayala Enríquez, director de Impacto Social en el Tecnológico de Monterrey.
DIDACTA se ha propuesto reforzar las competencias transversales alineadas con la visión institucional plasmada en el Proyecto Educativo Institucional (PEI) de la Universidad a través de los procesos de innovación pedagógica y curricular; del diseño y evaluación de sus programas educativos; fortaleciendo las competencias transversales de los estudiantes; de la formación docente y el acompañamiento al proyecto académico de los profesores y las acciones correspondientes de proyección y compromiso con la comunidad.
“Todo esto se agrupa bajo un mismo techo, reuniendo la experiencia y el enfoque de unidades como el Centro de Ética, el Centro Español y Conecta-TE. Este proceso, aunque desafiante, es crucial para garantizar un diseño curricular coherente que desarrolle todas las competencias mencionadas de manera efectiva”, concluye Juny Montoya.
En video el panel: ‘Significado y alcance de la ética transversal en la enseñanza superior’.