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Los desafíos del fútbol femenino

Asistir a los estadios, sintonizar partidos y establecer programas de formación dirigidos a niñas y jóvenes, puntos clave para impulsar el futbol femenino.

¿Se equivocan quienes dicen que el fútbol es solo un juego?

El fútbol en Colombia contagia y desborda pasión. No importa la edad, clase social ni el género. Pero también es la esperanza de muchos: unos quieren alcanzar la gloria y otros, con menos oportunidades, salir de la pobreza.

Aunque es común relacionar la práctica de esta disciplina con hombres robustos 'piernipeludos' y expertos en dominar la esférica, datos revelan que el primer partido oficial de fútbol femenino se realizó en 1892, en Glasgow (Escocia). Era extraño verlas pateando el balón.

Pero los tiempos cambián y ahora es tan emocionante ver que ellas se han puesto la '10' para sobresalir en el deporte Rey. Generan menos utilidades económicas, tal vez, y con menores salarios que los hombres. Pero, eso sí, con todas las habilidades para competir.

Aunque poco a poco, las mujeres van ganando terreno y jugar fútbol se ha convertido en un motor de empoderamiento e inspiración para muchas niñas y jóvenes, aún hay que impulsar el fútbol femenino a su máximo potencial. La clave está en encontrar mayor respaldo del público, por ejemplo: "Por más que se subsidie este deporte, si no hay asistencia, no es viable poder mantenerlo", señala Jorge Tovar, Ph. D. en Economía de la Universidad de California, Berkeley.

Y es que en Colombia son diversas las actividades vinculadas al deporte que generan impactos positivos en la economía: En Bogotá hubo un crecimiento del 28,3 %, en 2022, en comparación con el año anterior, un aumento de entre 7'3 y 9'3 billones de pesos, según la Cuenta Satélite del Deporte de Bogotá.

En cuanto a la historia del fútbol femenino, Jorge Tovar, profesor de la Facultad de Economía de Los Andes, recuerda uno de los desafíos que ha contribuido en gran medida al lento avance de esta modalidad fue su prohibición en varios países durante 50 años. “Tras la Primera Guerra Mundial, el fútbol femenino experimentó un notable auge, pero se les prohibió a las mujeres jugarlo con el argumento de que era demasiado brusco para sus delicados cuerpos y porque podría dañar la procreación” y resalta que, a pesar de estos desafíos, es alentador ver el desarrollo actual del fútbol femenino.

El economista señala que promoverlo es un deber compartido por la sociedad.

Para fomentar el talento y el interés, el experto recomienda que se necesitan programas de formación y escuelas de fútbol específicas para niñas. Estos brindarán a las jóvenes la oportunidad de aprender y desarrollarse en un ambiente de apoyo y con entrenadores especializados. “El fútbol femenino necesita una mayor visibilidad y apoyo desde las bases. Aunque figuras como Linda Caicedo han servido de inspiración, aún se necesitan más opciones y oportunidades”.

Un enfoque para mejorar la economía de este deporte en el país es asegurar patrocinadores sólidos. Es claro que aún no hay mucha motivación por poca asistencia a los estadios, pero las empresas que estén dispuestas a invertir en el fútbol femenino podrían obtener beneficios y mayor visibilidad.

“Es fundamental que el público respalde el fútbol femenino asistiendo a los partidos y siguiendo las transmisiones, en lugar de limitarse al activismo en las redes sociales. Este respaldo promoverá el camino hacia un futuro más próspero”.

Durante la 1ST Latin American Sports Economics Conference (LASEC), Blanca Durán, directora del Instituto de Recreación y Deporte (IDRD), señaló que existe una brecha de género en las actividades deportivas. “Se observa un 25 % más de participación masculina en la actividad física en comparación con las mujeres. Esto se debe a que todavía ellas suelen tener menos tiempo disponible debido a las responsabilidades con el hogar y el cuidado de hijos, personas mayores o con discapacidad”.

A nivel mundial se ha avanzado en la divulgación y el apoyo, un ejemplo notorio fue el más reciente mundial. Gianni Infantino, presidente de la FIFA, indicó que el cerámen obtuvo ingresos superiores a los 570 millones de dólares. “No perdimos dinero y generamos los segundos ingresos más altos de cualquier deporte a escala mundial”.

Avances como este no solo promueven la igualdad de género y empoderan a las mujeres en un deporte históricamente dominado por hombres, sino que también inspira a las más jóvenes, eleva el nivel deportivo y genera un impacto económico positivo.

En video: 1ST Latin American Sports Economics Conference (LASEC)