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Cómo definir el aumento del salario mínimo para 2021

Debido a la crisis causada por la pandemia, la decisión tendrá fuertes repercusiones en la recuperación del empleo, principal urgencia social del momento.
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Debido a la crisis causada por la pandemia, la decisión sobre el incremento al salario mínimo, que regirá en 2021, tendrá fuertes repercusiones en la recuperación del empleo, principal urgencia social del momento. Economistas de Los Andes explican los aspectos fundamentales para que Gobierno, empresarios y representantes de los trabajadores tengan en cuenta durante el proceso de concertación.

La negociación del salario mínimo para 2021 es, hoy más que nunca, un factor fundamental para la generación de empleo. Según el análisis realizado por investigadores de la Universidad de los Andes, no se debería fijar un incremento basado en la inflación sumado a un reconocimiento adicional, como se ha hecho en años anteriores.

Para Hernando Zuleta, profesor de la Facultad de Economía: “A la hora de negociar el salario mínimo se debe tener en cuenta la coyuntura actual: una recesión gigantesca, el enorme incremento del desempleo, la perdida de empleos formales y la crisis que ha obligado al cierre de empresas. Cuando se tienen en cuenta esos elementos es claro que para ayudar a la recuperación económica se requiere un ajuste modesto al salario mínimo”.

Clic AQUÍ para ver la Nota Macroeconómica No.27 "Negociación del salario mínimo en tiempos de pandemia".

La definición del salario mínimo tiene gran impacto sobre los colombianos y no solamente sobre el trabajador formal que lo devenga. También es para quienes ganan salarios mayores, pues de este ajuste depende el incremento de sus sueldos.

Para quienes están desempleados o están en la informalidad, representaría enormes ventajas de estabilidad laboral y protección social, así como incrementos en sus ingresos, aún si la remuneración está por o debajo del salario mínimo. Para estas personas el salario mínimo tiene un nivel demasiado elevado, lo que les impide entrar a la formalidad, aun cuando quienes sí lo devengan lo puedan considerar demasiado bajo para obtener el nivel de consumo deseado.

Ese conjunto de trabajadores informales y personas desempleadas representa en Colombia la amplia mayoría de la fuerza laboral. A cifras de 2019, alrededor del 54% de la fuerza laboral no cotizaba a pensión (era informal frente al régimen pensional) mientras casi 10% adicional estaba desempleada. Y casi todos ellos ganan menos, o mucho menos, que el mínimo.

Lo que se negocie en la mesa en la que participan empresarios y centrales obreras que representan trabajadores formales, tendrá repercusión sobre las posibilidades de acceder a un empleo formal para esa gran mayoría de personas que tiene trabajos informales o están desempleadas. En otras palabras, más del 60% de la fuerza laboral carece de un asiento en la mesa de negociación y se trata de la fracción para la cual un elevado nivel de salario mínimo reduce las opciones de llegar a ganarlo.

Aunque esta ha sido la realidad del país por décadas, la crisis actual agudiza la problemática. Por una parte, la proporción de personas en condición de desempleo ha crecido llegando a bordear el 20% en algunos meses y la proporción de informales amenaza con hacerlo si la recuperación del empleo, además de ser lenta, se concentra en empleos informales.

Clic AQUI para ver la Nota Macroeconómica No.27 "Negociación del salario mínimo en tiempos de pandemia".

El proceso de concertación salarial

La Ley 278 de 1996, creó la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales (CPCPSL en adelante). En esta participan representantes de las centrales obreras y trabajadores y gremios de empresarios e industriales. El tercer actor de esta comisión es el gobierno nacional, que media y tiene el deber de facilitar la conciliación, o de decretar el ajuste salarial en caso de no lograr un acuerdo.

En los últimos 23 años de negociaciones, sólo en ocho oportunidades se ha logrado un acuerdo entre las partes sobre la fijación del salario mínimo. En las otras quince negociaciones el gobierno fijó por decreto el aumento.

La misma ley define los componentes que deben tenerse en cuenta para proponer los ajustes de cada lado de la mesa: la pérdida de poder adquisitivo del salario nominal por causa de la inflación, la creación de riqueza agregada que se busca distribuir entre todos los trabajadores y con los dueños del capital, y el aporte que hace el factor laboral a esa riqueza.

Autores: Andrés Álvarez, Oscar Becerra, Carlos Caballero Argáez, Marcela Eslava, Manuel Fernández, Marc Hofstetter, Oskar Nupia, David Pérez Reyna, Andrés Zambrano & Hernando Zuleta.