Séptima papeleta: 30 años del movimiento estudiantil
Destacados promotores y protagonistas de la constituyente de 1991 se reúnen para hablar del rol del movimiento estudiantil en la transformación social.El 11 de marzo de 1990, durante las elecciones locales del país e impulsada por el movimiento estudiantil, la conocida como "séptima papeleta" fue sumada a los seis tarjetones tradicionales de esas votaciones (Senado, Cámara de Representantes, Alcaldía, Asamblea, Consejo y consulta interna del Partido Liberal para definir candidato presidencial). Buscaba reformar la constitución de 1886 por medio de un mandato popular; sin embargo, en esa primera ocasión, no tuvo efecto vinculante. Treinta años después, promotores y protagonistas se reúnen en un conversatorio convocado y dirigido por estudiantes de Derecho de Los Andes.
¿Cómo fue posible que una iniciativa nacida del movimiento estudiantil lograra cambiar una constitución de más de 100 años de antigüedad? ¿Cómo lo recuerdan sus protagonistas? ¿Cuál es el rol del movimiento estudiantil en la transformación social? Estas y otras preguntas fueron respondidas en el conversatorio que tuvo lugar el 11 de marzo de 2020 en la Universidad de los Andes.
El encuentro contó con la participación de algunas de las reconocidas líderes del movimiento estudiantil de la época: Catalina Botero, decana de la Facultad de Derecho de Los Andes, Alejandra Barrios, directora nacional de la Misión de Observación Electoral (MOE), y Ana María Ruiz, gerente de Canal Capital. Con la moderación de Javier Felipe Pachón y Cristina Hoyos, director y miembro del Consejo Editorial del Periódico Al Derecho de la Facultad de Derecho, respectivamente.
La séptima papeleta: Un breve repaso de la historia
A finales de los años 80 y principios de los 90 el país atravesaba por uno de sus momentos de mayor violencia política. Cuatro candidatos presidenciales fueron asesinados. El magnicidio de Luis Carlos Galán, candidato por el Nuevo Liberalismo, convocó una marcha de donde surgió el movimiento estudiantil de 1989, uno de los más grandes e incluyentes que ha existido en el país.
Este movimiento congregó a miles de estudiantes de universidades y colegios públicos y privados. Juntos impulsaron una "séptima papeleta" para las elecciones locales de 1990. La idea era, por medio del mandato popular, otorgarle facultades especiales al presidente para convocar una Asamblea Constituyente y reformar así la constitución de 1886.
Al no ser una votación oficial, la Registraduría no imprimió los cartones y se negó a contabilizar los votos, por lo cual no tuvo efectos jurídicos. Sin embargo, y gracias a que los periódicos asumieron la labor de imprimir los tarjetones para que quienes quisieran participar los recortaran y los depositaran en las urnas, la propuesta logró un alcance nacional.
Dos meses después, para las elecciones presidenciales del 27 de mayo y gracias a un decreto de ley expedido por el presidente Virgilio Barco, la "séptima papeleta" fue depositada nuevamente en las urnas y contabilizada por la Registraduría. Este hito marcaría el nacimiento de la Constitución de 1991.