04/12/2017

Grammy Latino llega a Los Andes

El docente Carlos Silva masterizó el álbum Ni un paso atrás, de Jorge Celedón.
El docente Carlos Silva masterizó el álbum Ni un paso atrás, de Jorge Celedón. 
Carlos Arturo Silva Castro, profesor del Departamento de Música de Los Andes, fue uno de los ganadores del premio Grammy Latino en la edición de este año.

El músico estuvo detrás de este galardón durante mucho tiempo en su carrera profesional, pues ya había sido nominado en siete oportunidades. En 2015, estuvo nominado al Grammy Anglo por su trabajo con Toto la Momposina.

Además de ser profesor de Los Andes, este ingeniero de sonido es director e ingeniero jefe de mastering en su propia compañía, C1M, empresa que ha dedicado más de una década al trabajo de mastering musical. Esta productora es miembro de la Academia Latina de la Grabación Grammy, lo que permite inscribir las producciones masterizadas allí para que sean nominadas en las distintas categorías.

Justamente ese trabajo de masterización fue el que le valió su triunfo en los Grammy Latino de este año. Silva Castro fue el encargado de la masterización del álbum Ni un paso atrás, de Jorge Celedón.

Él mismo califica su labor como una pasión que lo ha impulsado desde que era muy pequeño y entró en contacto con la música.

“Desde niño he curioseado con la música. Mi papá era melómano y tenía una gran colección de música a la cual tuve acceso. Eso me llevó a tener una banda de rock a los 12 o 13 años. A esa edad también empecé a interesarme en grabar la música que estaba haciendo y, en esa época, estamos hablando del año 93 ó 94, no había herramientas digitales para hacer grabaciones caseras con calidad. Lo hacía con máquinas de cinta de dos tracks que mi papá tenía. Así fui avanzando, luego me hice a otra máquina, pero todo lo hacía con casete. Era muy arcaico, pero me ayudó a darme cuenta de que me gustaba la ingeniería de sonido un poquito más allá de la música”, cuenta Silva Castro, desde el estudio de grabación de la Universidad de los Andes.

Silva explica que el proceso de masterización es uno de los últimos pasos antes de concluir una canción y define su trabajo como un puente directo entre el artista y su obra con el público al que va dirigido.

“Existen tres etapas técnicas: la primera es la grabación, en donde se capturan los instrumentos por canales distintos; la etapa de mezcla donde se nivelan esas grabaciones de los instrumentos para que cada uno tenga una sonoridad óptima y; al final, la masterización, donde se le da el color final y se trabaja esa mezcla pensando en dónde va a ser reproducida o emitida y cómo lograr que suene bien para cada canal de distribución”, explica el profesor de Los Andes.

Añade, además, que su función es lograr que los canales en los que se distribuye la música sean usados en su máxima capacidad.

“Por ejemplo, hoy en día la gente escucha mucha música en Youtube o en plataformas de streaming. Entonces, al masterizar se lleva esa canción a lo mejor que pueda sonar. Soy el que conecta al artista con su público. Desde luego esto tiene mil agregados técnicos y requiere de equipos especializados”, dice.

El triunfo en Grammy Latino llegó, según explica, gracias a un trabajo conjunto.

“En los Grammy termina nominado el álbum y todos los que participamos tenemos el mismo crédito y figuramos como ganadores. Todos, además, aportamos para que el disco quedara lo mejor posible. Y es que yo creo que una cadena es tan fuerte como su eslabón más débil y en este trabajo no había eslabón débil: las canciones eran buenísimas, las composiciones fueron maravillosas. La mezcla, la preproducción, la interpretación de los músicos, todo fue excelente. Y ni hablar de la voz de Jorge Celedón, que es espectacular. En masterización se hizo que todo este conjunto sonara lo mejor posible y creo que lo logramos. Gracias a eso fue que nos ganamos el premio”.

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