Una Amazonía conectada para enfrentar los desafíos del futuro
La conectividad ecológica, social y cultural se perfila como la clave para enfrentar los desafíos de la Amazonía, un ecosistema en peligro crítico de colapso debido a la deforestación.La manera más efectiva de proteger la biodiversidad y asegurar los recursos hídricos del continente es conectar ecológica, social y culturalmente a la Amazonía. Esa fue la gran conclusión del panel “Amazonía conectada ecológica, social y culturalmente”, realizado el lunes 21 de octubre de 2024, como parte de la apertura de la COP16 en Cali.
El evento, promovido por la Alianza NorAmazónica, tuvo como objetivo reunir diversas perspectivas sobre la protección de la biodiversidad y la preservación del agua en las Américas, con un enfoque intercultural. Los panelistas incluyeron a Daniel Cadena, decano de la Facultad de Ciencias de la Universidad de los Andes; Harvey Locke, autor de los Lineamientos de Conectividad y representante de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN); Silvia Gómez, directora para Colombia y Perú de Climate and Land Use Alliance (CLUA); Darío Kopenawa, líder yanomami de la Amazonía brasileña; Fabio Valencia, representante de los Gobiernos del Macroterritorio de los Jaguares del Yuruparí (Colombia) y Martín von Hildebrand, fundador de Gaia Amazonas. María Teresa Quispe, miembro de la Junta Directiva de la Alianza NorAmazónica y directora de Wataniba, Grupo de Trabajo Socioambiental de la Amazonia, fue la moderadora.
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Los principales ejes de la charla fueron:
Diálogo intercultural: fomentar un intercambio entre diversas culturas, especialmente las comunidades amazónicas, para compartir conocimientos y prácticas tradicionales en torno a la conservación de la Amazonía.
Protección de la biodiversidad: abordar estrategias innovadoras y tradicionales para conservar los ecosistemas únicos de la Amazonía, los cuales son vitales para la biodiversidad mundial.
- Preservación del agua: destacar la importancia de proteger las fuentes de agua en el Amazonas, una región crítica para el ciclo hídrico del planeta.
En el contexto de la COP16, este evento subraya el rol crucial de la Amazonía como un pilar central en la lucha contra el cambio climático, resaltando que la conservación de este ecosistema no solo es una cuestión ecológica, sino también social y cultural.
Por ejemplo, el antropólogo y defensor de la Amazonía, Martín von Hildebrand, destacó que este ecosistema, fundamental para el mundo, se está aproximando a un punto de no retorno: “La deforestación ha llegado al 17 %, quizá un poco más. Si llega al 25 %, el Amazonas puede colapsar. Estamos ante una crisis real”, y para enfrentarla se requiere un esfuerzo conjunto y coordinado.
Daniel Cadena, decano de Ciencias de la Universidad de los Andes, comentó: “Para que la institucionalidad que protege al Amazonas funcione, tenemos que trabajar juntos a través de diálogos horizontales e interculturales”.
Cadena también destacó la importancia de la conectividad ecológica, social y cultural para la conservación de la Amazonía. Explicó que estos tres aspectos son fundamentales para abordar de manera efectiva los problemas de la región y cómo desde la Universidad de los Andes se ha trabajado en entender el origen de la biodiversidad, la adaptación y evolución de las especies en un contexto de cambio climático.
Subrayó que la conectividad entre ecosistemas es crucial, no solo para la supervivencia de especies existentes, sino también para el surgimiento de las nuevas. A pesar de los esfuerzos, advierte que la pérdida de conectividad en Colombia, especialmente entre parques nacionales y áreas protegidas en los Andes y la Amazonía, es aún una preocupación grave.
¿Qué Amazonas queremos en el futuro?
Cadena también reflexionó sobre la conservación de la Amazonía, cuestionando no solo los esfuerzos actuales, sino también el tipo de región que se quiere preservar. Cadena planteó una pregunta fundamental: ¿Cuál es la Amazonía que queremos conservar? ¿La de ahora, la de hace 50 o incluso 1,000 años?
No es una cuestión trivial, pues la idea de conservar ecosistemas en su estado más prístino muchas veces no considera las transformaciones sostenibles que ha experimentado la Amazonía por décadas de intervención humana. A lo largo de los últimos millones de años, la región ha pasado por cambios dramáticos, como las fluctuaciones climáticas del Pleistoceno y el Holoceno, que interrumpieron la continuidad de los bosques húmedos y moldearon la biodiversidad actual. Incluso hace 10 millones de años, lo que conocemos como la Amazonía era muy distinto: el río Amazonas no corría hacia el Atlántico, y partes de lo que hoy es bosque estaban cubiertas por agua debido a la falta de elevación de la Cordillera de los Andes.
Este análisis histórico es clave para entender que la Amazonía que vemos es el resultado de procesos evolutivos y ecológicos que se han dado durante millones de años. Las especies que habitan este ecosistema, así como su diversidad, han sido moldeadas por estos ciclos de cambio climático y geológico.
Por eso, al pensar en el futuro de la Amazonía, el decano invita a una reflexión a largo plazo. No se trata solo de conservar lo que tenemos ahora, sino de asegurar que los procesos evolutivos y ecológicos que han generado esta biodiversidad puedan continuar. La visión, entonces, es preservar una Amazonía donde las dinámicas que han dado lugar a su riqueza biológica sigan operando, permitiendo la supervivencia y el surgimiento de nuevas especies en un contexto de cambio climático global.
Este llamado a mirar más allá de la conservación estática y a pensar en la Amazonía como un ecosistema dinámico y en constante evolución es clave para un enfoque más amplio y efectivo en la conservación de este invaluable patrimonio natural.
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