“Podemos hacer ciencia de calidad, hay muchas mujeres intentándolo y tenemos cómo aportarle a lo que está sucediendo en el mundo”, manifiesta Mileydi Betancourth, doctora en Ciencias y Biología de la Universidad de los Andes. 

Ella es una de las seis científicas colombianas que recibieron el premio “Para las Mujeres en la Ciencia 2022”, la iniciativa que busca visibilizar talentos femeninos en esa área y cerrar las brechas de género. El reconocimiento es otorgado por L’Oreal y la Unesco, en alianza con el Icetex y el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.

En esta decimotercera edición se presentaron 212 proyectos relacionados con ciencias médicas, ciencias agrarias, ciencias de la vida, ciencias tecnológicas, física y química. Entre estos, la egresada uniandina se destacó por su excelencia académica y su instinto investigativo.

Sumado a ello, el jurado determinó que su idea tiene potencial para generar soluciones contra la necesidad global de proteger la conservación de algunas especies de anfibios que se encuentran en peligro.
 

 

Entender la historia de vida de dos ranas amenazadas

La realidad de las ranas venenosas de Lehmann (Oophaga lehmanni) y las ranas diablito (Oophaga sylvatica) —las que investiga Mileydi— no es sencilla porque, en primer lugar, sus colores llamativos han causado que los mercados ilegales las vean como mascotas, las extraigan de su hábitat y las pongan en peligro de extinción.

Además, viven en entornos como Barbacoas y Buenaventura (Pacífico colombiano) en los que no solo se ha sufrido el conflicto armado, sino que los seres humanos han recurrido a la deforestación y al saqueo de recursos naturales de manera desmedida. 

Es así como a Mileydi le surgió el interés por descubrir si los cambios generados por las personas en el ambiente están alterando la conducta de esas especies de ranas. “Quiero estudiar si la pérdida y fragmentación del hábitat les está generando estrés a los anfibios en cuestión. La motivación es entender un poco qué los está afectando desde el punto de vista fisiológico”, afirma la científica de Los Andes. 

El método seleccionado para cumplir su objetivo es medir los niveles de cortisol que cada rana tiene en su piel para, luego, con ayuda del incentivo económico obtenido en la premiación, trasladar las muestras hasta Viena para analizar los datos con herramientas especializadas y hallar conclusiones reveladoras. 

La importancia de este estudio recae en que puede aumentar el conocimiento sobre los procesos evolutivos que deben afrontar esas especies de anfibios venenosos para mantener su diversidad. “Esta es una semilla para generar nuevas líneas de investigación. La idea es que abra las puertas para luego estudiar otros aspectos como la reproducción y el cuidado parental”, enfatiza Mileydi Betancourth. 

Por lo tanto, el reconocimiento le brinda satisfacción personal. Está avanzando por el camino que soñó alguna vez, y se alegra al saber que su experiencia puede ser un ejemplo que motive a nuevas generaciones de mujeres para que se convenzan “que la ciencia está abierta para todos”. 

“Este premio es una gratificación que trasciende lo económico porque demuestra que se puede hacer ciencia de calidad desde las regiones. De igual manera, les ratifica a las niñas que es posible llegar hasta estas instancias haciendo lo que nos apasiona”, concluye la doctora en Ciencias y Biología de la Universidad de los Andes. 
Bióloga observa una rana

Mileydi Betancourth, ganadora del premio L’Oreal - Para las Mujeres en la Ciencia 2022

Bióloga explora un bosque

Mileydi Betancourth, ganadora del premio L’Oreal - Para las Mujeres en la Ciencia 2022

Rana roja

Lehmann (Oophaga lehmanni)

Rana amarilla

Bióloga observa una rana
Bióloga explora un bosque
Rana roja
Rana amarilla