Pasar al contenido principal
Texto alternativo imagen
Noticias

Una fusión del arte japonés y la cultura local

Tres obras del pintor y biólogo Alfonso Ariza reflejan nuestra historia natural mediante el arte y la estética tradicional de la cultura nipona.
Centro del Japón
nihonga
Alfonso Ariza
Koten

Cada obra es un reto de vida o muerte para el artista, en el que uno se entrega completamente: Alfonso Ariza, pintor y biólogo.

A los japoneses les ha preocupado perder sus tradiciones y que su país se 'occidentalice' cada vez más. Por esta razón, surgió en 1880 Nihonga, un movimiento que buscaba preservar la cultura nipona a través del arte que se convirtió en un estilo de pintura basado en formatos, paletas de color y temáticas orientales que trasformaron el arte en algo extraordinario.

El pintor Alfonso Ariza fue uno de los 200 escogidos para vivir una experiencia en Japón, gracias a una beca otorgada por el Ministerio de Educación Japonés. El biólogo de profesión y artista de corazón vivió 5 años en el país asiático en donde se graduó como magíster en Cultura Tradicional Japonesa, en la Universidad de Arte de Tama (Tokyo). Además tuvo el privilegio de estudiar con el reconocido maestro Matazō Kayama (1927 – 2004), pintor japonés y experto en nihonga. Durante el aprendizaje entendió el uso de los pigmentos de minerales pulverizados, los cuales deben ser aglutinados con cola de animal para producir la materia prima, la pintura nihonga.

 src=

“Fue un gusto y una sorpresa mi visita al estudio de Ariza en 2019, poder presenciar no solo sus trabajos en proceso sino la extraordinaria librería de pigmentos minerales y de herramientas que utilizaba para pulverizarlos y prepararlos — expresa Yukio Lippit— a veces desde una formación más experimental como sucedería en un laboratorio de un pintor renacentista”, concluye el director del Departamento de Historia del Arte y Arquitectura de la Universidad de Harvard.

La palabra koten proviene del japonés y hace alusión a lo clásico y antiguo. Así es como la exposición del maestro Ariza adopta su nombre y muestra tres obras compuestas por tres polípticos, es decir, biombos de seis paneles en los que utiliza pigmentos con cristales de cuarzo pulverizado, hojilla de plata y pigmento proveniente del insecto cochinilla roja. “Es un trabajo de seis años. Una de las obras se hizo durante la cuarentena”, explica Ariza.

 src=

El corazón del mundo, Hilos de plata, Hilos de vida y La ruta libertadora son las obras que hacen parte de Koten, realizada en el Centro del Japón de Los Andes. La exhibición estará abierta al público hasta el 25 de marzo de 2022. Cada una de ellas hace alusión a momentos mágicos y especiales de nuestra historia natural. Las aguas del Amazonas, la cascada de la Chorrera y el intercambio cultural durante la guerra de la independencia son protagonistas de esta exposición de arte nihonga.