31/05/2017

Desempolvar la ópera con historias del conflicto

Rostros de las actrices de la obra 'Violeta opera'.
El compositor colombiano Santiago Lozano presenta el 1 y 2 de junio su creación Violeta, una ópera modular con la que busca reactivar el género y despertar emociones sobre nuestra realidad.

La historia de Violeta le puede pasar a cualquiera. De hecho, ya ha estado pasando en Colombia durante décadas: es mujer, trabajadora, víctima… Y, además, ha olvidado para poder continuar. Pero lo que importa en Violeta, ópera modular, no es tanto el argumento como lo que pasa con éste en el espectador.

Santiago Lozano, compositor y musicólogo, creó la obra con dos propósitos: el primero, desempolvar la ópera como género, y el segundo, ejercer su derecho de expresión sobre la historia del país y poner a pensar a quienes la conozcan.

“La ópera es un género vivo en el que hay mucho espacio para la experimentación musical y dramatúrgica, pero en Colombia no hay mucha creación en este género y las que llegan son muy convencionales”, señala el profesor de composición en Los Andes.

Para luchar con el mito de que a la ópera hay que ir elegante quiso imprimirle a la suya dinamismo y actualidad. Entonces, surgió la idea de hacerla modular, algo que se aprecia tanto en la estructura narrativa como en la composición musical, pues el sonido proviene de sintetizadores modulares que juegan con el sonido y se comunican entre sí a través de cables.
La música en esta ópera no está compuesta a la manera tradicional. En vez de partitura hay instrucciones para los intérpretes, y esos sonidos se fusionan con las voces que, aunque un poco más clásicas, tienen espacios de improvisación y uso de técnicas de vanguardia. A Violeta, el personaje principal, el canto le sale de muy adentro con sonidos que evocan la tradición oral colombiana, los cantos de vaquería y los gritos de monte muy propios del campo.

Y ahí la obra vuelve a mostrar su arraigo con la historia nacional. En su escritura, composición y montaje, Santiago empleó tres años de investigación y creación. Durante ese tiempo, leyó mucho y habló con víctimas del conflicto, cuyas historias lo conmovieron y lo inspiraron. Sin embargo, dice, prefirió despojar al libreto de la textualidad de esas vidas para no apropiarse de sus dolores.

“Ha sido un ejercicio doloroso y difícil decidir mi posición como autor reconociendo que soy privilegiado porque no puedo decir que soy una víctima, pero tampoco puedo ignorar lo que pasa en este país. Quería ejercer mi derecho a hablar sobre eso”, explica. Su manera de hacerlo en Violeta es una especie de juego de roles que abre la posibilidad de ponerse en el lugar del otro. “Pero todo eso lo trato con distancia para que el espectador lo interprete como quiera”, señala.

Violeta se presenta este 1 y el 2 de junio en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, de Bogotá. Entrada libre, a las 6:00 p.m.
https://www.facebook.com/violetaoperamodular/

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