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Un robot para pensar el futuro de las ciudades

Con un brazo robótico, Los Andes explora vías en las que la tecnología puede hacer parte de procesos arquitectónicos.
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El panorama es este: edificios que se pueden autoconstruir o autorepararse ¿Es un escenario posible o es solo ficción? “Es el futuro de la arquitectura”, no duda en responder Claudio Rossi, profesor de la Facultad de Arquitectura y Diseño de la Universidad de los Andes.

 

Esta respuesta es parte de la indagación que viene adelantando junto con la profesora Daniela Atencio. Un grupo de investigadores que llevó un brazo robótico a los laboratorios de arquitectura y que es una herramienta que se está involucrando en el proceso de diseño.

 

Y es que este futuro de las ciudades es hoy posible gracias al involucramiento de robots dentro de la disciplina. Rossi dice que estas máquinas tienen muchos mundos en la arquitectura: el mundo del ensamble, la exploración de la materialidad y los procesos de exploración desde el diseño.

 

A este brazo robótico, que desafía los ejes cartesianos, los estudiantes de pregrado le han instalado diversas herramientas que han permitido generar artefactos arquitectónicos, editando masas con el robot. Se usa a su vez para registrar con la cámara fotográfica estos objetos y llevarlos al mundo digital.

 

Conozca el trabajo de Robotlab

“Con el uso de las tecnologías y el pensamiento computacional se puede explorar y realizar una acción en un sinnúmero de opciones espaciales”, complementa Atencio.

 

En Los Andes, se han hecho reinterpretaciones de monumentos históricos, a través de las alternativas que brinda el robot, solo enviándole información para que replique. Con esto también se ha indagado sobre las ruinas, pues esta máquina permite programar cómo será la ruina de un monumento a lo largo del tiempo o incluso pensar si es posible la reconstrucción de una obra deteriorada.

 

Esta práctica permite optimizar el tiempo, aumenta los niveles de precisión sobre los proyectos y amplía las posibilidades de experimentación. Desaparece entonces la idea de que hay solo un proceso lineal, sino millones de posibilidades en un proyecto formado a través del pensamiento computacional. Atencio y Rossi cuentan que con la inteligencia artificial y la realidad aumentada se abren diversas posibilidades para perfeccionar los procesos de diseño.

 

Por eso no suena descabellado pensar que con robots será posible construir casas en Marte: “Hay edificios construidos desde la robótica, que es una de las opciones para este escenario futuro. Se enviarán máquinas completamente programadas, con materiales específicos”, explican los investigadores.

 

De hecho, Frank Gehry diseñó el Museo Guggenheim, en Bilbao (España) con ayuda de un software que fue creado solo para la construcción de aeronaves. Es así como las herramientas computacionales han permitido pensar en el futuro de las ciudades y en cómo estas podrán mejorar la calidad de vida de las personas. El diseño arquitectónico también permitirá abordar los temas desde diversas disciplinas y será útil para pensar temas y soluciones alrededor de las pandemias, el cambio climático o la pobreza extrema.