Así ven la paz los jóvenes de las zonas en conflicto

De hecho, al hablar de paz, Alejandro Castillejo, profesor del Departamento de Antropología, de la Facultad de Ciencias Sociales, afirmó que en estos territorios la paz parece ser más una continuidad de violencias y se refirió al testimonio de un joven en Buenaventura que no dudó en afirmar que tras los acuerdos de paz, la vida de su gente no ha cambiado y las violencias siguen siendo las mismas.

“La paz es una categoría polivalente. Podríamos definirla como la reducción de muertos por enfrentamientos y combates, pero en la sociedad la realidad es infinitamente más compleja”, agregó Castillejo, quien lidera la investigación "Relatos del Futuro".

Así, los investigadores aseguraron que el concepto de paz depende de la historia de los lugares y de los contextos en específico. Paz puede entenderse como un acuerdo entre grupos que se enfrentan en armas en una esquina o como la ausencia de grupos armados, pero en muchos casos sigue matizada por la continuidad de violencias estructurales en lugares como Buenaventura.

Justicia y reconciliación son conceptos lejanos para estas poblaciones, donde ambos términos son difíciles de creer o son vistos de forma difusa. “Estas palabras tienen sentido para organizaciones, grupos de víctimas o desplazados, pero en los territorios no es claro cómo se trabaja para alcanzar ambos objetivos”, describió el profesor.

Lo cierto es que desde las poblaciones los más jóvenes vienen rehabitando la guerra y la paz a través del arte. Castillejo contó que el baile, por ejemplo, extrae el tiempo de los más jóvenes de la violencia y los sitúa en una actividad colectiva.

El equipo de antropólogos entrevistó a un profesor y a un grupo de estudiantes que llevan 10 años en Quibdó compartiendo espacios de baile, al igual que grupos de raperos que vienen resignificando la realidad que viven. En muchos casos son espacios importantes aún si el profesor no gana un solo peso por esta actividad o si las clases se quedan siendo solo clases.

“Las manifestaciones del arte han sido formas de testimonio y de relato, que ayudan a rehabitar el mundo y la guerra. Expresiones que han sido claves para la sobrevivencia en momentos de conflicto, pero también en esta transición que atravesamos actualmente”, puntualizó Castillejo.

El gran reto para el país en temas de paz, de acuerdo con los investigadores, radica en esfuerzos a pequeña escala y la posibilidad que tiene esto de que las personas vuelvan a habitar estas poblaciones afectadas por la violencia.

Ir a los territorios, habitarlos, escuchar a las personas y construir colectivamente proyectos de largo aliento, es fundamental. Como también resulta importante entender la paz como una experiencia plural que se edifica desde abajo para que el futuro resulte como una posibilidad.