La educación está inmersa en un proceso de transformación que atiende nuevos desafíos para el aprendizaje. Este fue uno de los temas que profundizaron los rectores de la Pontificia Universidad Católica de Chile, el Tecnológico de Monterrey y de la Universidad de los Andes, tres universidades líderes de América latina, en el 9no. Congreso Internacional de Innovación Educativa (CIIE). 

Y es que el vertiginoso avance de la tecnología ha permitido actualizar los modelos pedagógicos e impulsar una educación disruptiva. Para Raquel Bernal, rectora de la Universidad de los Andes, “Hay que construir mejor sobre la tecnología, la analítica de datos y la inteligencia artificial para apoyar mejor el proceso de aprendizaje, hacerlo más individualizado, respetando los tiempos de las personas que aprenden distinto y que tienen competencias diferentes. Debemos profundizar más en la manera como el cerebro aprende”, señaló en el conversatorio ´'La Tríada, la universidad del futuro', sobre la importancia de implementar la neurociencia en las instituciones de educación superior. 

Por su parte, Ignacio Sánchez, rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile, comentó que a partir de iniciativas conjuntas enfocadas en un plan de formación general, la actualización de los currículums con mirada global, la actualización docente y la tecnología aplican la innovación educativa en su institución: "Las nuevas tecnologías tienen que aplicarse en la medida que sean útiles para las metas que queremos lograr, entonces las queremos incorporar haciendo evaluaciones y colocando al estudiante en el centro”. 

Por lo tanto es esencial promover e implementar una cultura de innovación que involucre a toda la comunidad y la importancia de adoptar y generar nuevos procesos pedagógicos apoyados en avances tecnológicos, como lo indicó Juan Pablo Murra, rector del Tecnológico de Monterrey, "Vemos en la innovación educativa una gran oportunidad a la par de una responsabilidad y obligación de seguir innovando y superando lo que se ha logrado en el pasado”. 


El humanismo como valor profesional

La formación de profesionales íntegros, especializados en sus áreas de conocimiento y con compromiso social replantea la importancia de una educación humanista. Para la rectora de Los Andes, uno de los grandes retos de las universidades radica en formar ciudadanos globales capaces de resolver problemas y tomar decisiones que contribuyan a la transformación de la sociedad. 

“Hay que plantearnos cómo armar una mente que desde su formación es genuinamente interdisciplinaria para abordar los complejos problemas de la humanidad, y que esas competencias transversales combinadas con la formación socio-humanística, es decir, el acercamiento de la persona a la sensibilidad, al arte y la cultura le permita ser un ciudadano empático”, señaló la economista, quien resaltó que la misión de la Universidad de los Andes es formar ciudadanos integrales, democráticos, rigurosos, con criterio ético y responsabilidad social.  "Las instituciones deben responder al sector productivo y contribuir al crecimiento de los países sin desproteger la formación socio-humanística, sobre todo en este momento cuando la democracia se encuentra debilitada", complementó. 

El rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile añadió que las universidades cada vez están más integradas al contexto mundial y las perspectivas regionales, por lo cual responden a los cambios sociales a través de la reflexión, "Las universidades somos laboratorios de la sociedad, lo que se investiga, se estudia, lo que se discute en las universidades es lo que va llegar a ser tema central del desarrollo de los países".

La visión de la universidad está enfocada a formar estudiantes con liderazgo, innovación y emprendimiento para el florecimiento humano, explicó el rector del Tecnológico de Monterrey: “No puede ser únicamente una educación para conseguir empleo, tenemos que formar ciudadanos libres y responsables por construir una mejor comunidad y crear valor de manera sostenible y compartida”.


¿Cómo educar a la generación postpandemia?

La salud mental de los estudiantes fue el tema final del panel, luego de que Raúl Rodríguez, vicepresidente asociado de internacionalización del Tecnológico de Monterrey, señalara los problemas emocionales que afectan a los jóvenes: “Hay una nueva generación que muestra niveles alarmantes de fragilidad, desesperanza, soledad, pesimismo, ansiedad y depresión”. 

En ese sentido, es indispensable reforzar la educación y prevención sobre salud mental y prestar atención especial a los casos que implican intentos de suicidio, dijo el rector Ignacio Sánchez, quien aclaró que debido a los efectos de las redes sociales en la convivencia, han aplicado políticas y lineamientos para evitar el ciberbullying.

Afirmó, a su vez, que tras el confinamiento se profundizaron las brechas educativas: “En la universidad tenemos que preocuparnos, no solo por los estudiantes nuevos que llegan con deficiencia, sino que también debemos comprometernos con la educación escolar”, por lo que sugirió más asesorías, cambios curriculares y reforzar la pedagogía.

En el caso del Tecnológico de Monterrey, su Rector aseveró que las universidades se enfrentan a una generación que probablemente no ha experimentado el fracaso, por lo tanto, no cuentan con lo que se denomina resistencia socioemocional, “Hemos fortalecido los procesos de acompañamiento con alternativas de bienestar integral, servicio de apoyo y consejería emocional. Es necesario que los estudiantes tengan oportunidades de retarse en ambientes controlados y enfrentarse a ciertas exigencias para que desarrollen capacidades”. 

Sobre los cambios generacionales y las preferencias y aspiraciones de los jóvenes “el reto consiste en cómo apoyamos un propósito de vida que es diferente; de un joven que le interesa una vida de bienestar, más holística y con un genuino interés de transformar el mundo”, determinó la rectora Raquel Bernal, quien además enfatizó que los padres de familia no han permitido que sus hijos desarrollen competencias básicas para la resolución de problemas, por ello, desde la academia se deben fortalecer aspectos como la resiliencia, la empatía, la compasión y el agradecimiento, para gozar de una mejor salud mental. “Debemos volcarnos a una versión de universidad en la que los estudiantes estén en capacidad de adaptarse, moverse ágilmente y aprender de forma continua”. 


La Tríada: innovación educativa basada en la colaboración

En 2018, la Pontificia Universidad Católica de Chile, el Tecnológico de Monterrey de México y la Universidad de los Andes de Colombia, las tres universidades no gubernamentales sin fines de lucro mejor clasificadas en América Latina, se unieron para innovar e impactar la región.

De esta manera, La Tríada se formó como una alianza estratégica de educación que plantea  proyectos comunes para abordar los problemas que más afectan a Latinoamérica. 

Este convenio favorece los intercambios de profesores y estudiantes, la innovación curricular, la identificación de buenas prácticas, la enseñanza conjunta y el desarrollo de investigaciones colaborativas, entre otros.