El embarazo en niñas y adolescentes es considerado un problema importante de salud pública, que tiene afectaciones no sólo de nivel personal, sino también a nivel social y económico1. Si bien el último informe del DANE nos muestra una disminución tanto en la Tasa de Fecundidad Específica (TFE) como en las tasas específicas de fecundidad infantil y adolescente entre 2015 y 2020, la pandemia por coronavirus desatada en 20202 ha puesto en evidencia muchas de las situaciones de violencia y de violación de derechos que sufren las niñas y adolescentes en sus hogares. Datos preliminares del DANE indican un incremento en los nacimientos entre niñas menores de 14 años (22,2%) y entre mujeres entre 14 y 19 años (6,3%) en el segundo trimestre del 2021 en comparación con ese mismo periodo para 2020. Esta tendencia se mantuvo en el tercer trimestre del 2021 para el  grupo de menores de 14 años, quienes vieron un aumento del 31,5% en el número de nacimientos en comparación con ese mismo periodo en 20203.


Justamente, en el marco de este contexto mundial de crisis sanitaria, surgen varias preocupaciones relativas a su impacto sobre los casos de embarazos de niñas y adolescentes. Algunos estudios4, 5  demuestran cómo durante la pandemia por Covid-19, no solo los reportes de violencia y maltrato hacia niños y niñas disminuyeron (lo cual es alarmante ya que por el contrario los factores de riesgo aumentaron), sino que las respuestas de los sistemas de protección se vieron comprometidas. En Colombia, los datos muestran cómo el número de llamadas a la línea de orientación a mujeres víctimas de violencias basadas en género (VBG) aumentó en 2020 respecto al año 2019. En ese sentido, un informe de CoreWomen sugiere que, entre los meses de marzo y abril, ese incremento fue del 448% 6. El mismo informe indica que, aunque aumentaron las llamadas para pedir orientación, los reportes de violencia física y sexual de la Policía y de Medicina Legal han disminuido un 114% con relación al año 20197, lo cual podría ser un resultado de la disminución de la prestación de servicios de asistencia, o un recrudecimiento de las amenazas y manipulación sufridas en el hogar por parte del agresor.
 

Respecto a lo anterior, dos puntos adicionales cobran relevancia para profundizar en esta problemática. El primero es el hecho de que los sistemas de protección para estas mujeres pudieron verse afectados a raíz de la emergencia sanitaria, haciendo aún más difícil la implementación de medidas que puedan detectar tempranamente estas situaciones, y puedan garantizar estrategias de protección efectivas. El otro aspecto es el hecho de que los insumos de planificación familiar y otros elementos de salud sexual y reproductiva8 (por ejemplo, educación en salud, programas de acompañamiento, etc.) pudieron también verse disminuidos o alterados como resultado de la pandemia, lo cual podría dificultar el acceso o la entrega efectiva de los servicios integrados de salud sexual y reproductiva. Respeto a este último punto, la ONU ha alertado que, de mantenerse esta situación de crisis, 47 millones de mujeres en países de ingresos medios y bajos podrían quedar sin acceso a anticonceptivos9. Si pensamos que las cuarentenas en Latinoamérica, y en Colombia particularmente, estuvieron entre las más largas del mundo, preocupa el impacto de esto en la salud sexual y reproductiva de las mujeres y niñas colombianas. 


El embarazo en niñas y adolescentes es un fenómeno con un carácter multifactorial, donde están involucrados factores de orden individual, que incluyen elementos psicosociales, socioculturales y socioeconómicos; factores interpersonales como la red de apoyo o variables familiares; y factores contextuales y estructurales como la violencia estructural, las normas sociales de género o las políticas públicas10,11.


Dentro de los factores estructurales relacionados con el embarazo en niñas y adolescentes se encuentran la inequidad de género y las relaciones de dominación y subordinación de género12, las cuales tienen relación, a su vez, con todas las formas de VBG. Con relación a este último punto, se ha señalado que las medidas de confinamiento para afrontar la pandemia por Covid-19 han significado, para las niñas, adolescentes y mujeres, una mayor exposición a la violencia de género, incluida la violencia sexual y el abuso dentro de las familias13. En este contexto, el cierre de colegios ha significado no solo el confinamiento de las niñas y adolescentes al entorno de sus hogares, sino que ha limitado la posibilidad para que ellas reciban atención oportuna en caso de presentarse violencias en el hogar. Sumado a esto, es conocido el hecho de que los agresores suelen hacer parte del entorno familiar y social cercano14, lo cual aumenta, con creces, el riesgo de violencias en el marco de las cuarentenas que fueron decretadas. 


Además, dentro de estos factores se encuentra el rol tradicional asignado a las mujeres que asocian la feminidad con la maternidad15. El ideal de que todas las mujeres deben ser madres limita la proyección personal de las niñas y las adolescentes en su toma de decisiones sobre la propia vida y las condiciona a aceptar la violencia y la vulneración que sufren. Adicionalmente, en este contexto se han identificado las uniones tempranas como un factor relacionado con el embarazo en niñas y adolescentes. 
 

Las razones para tomar acción frente al embarazo en niñas y adolescentes son múltiples y vienen principalmente definidas por las varias consecuencias que este fenómeno tiene tiene a nivel individual y social. Un aspecto importante respecto a estos embarazos es el costo económico y social que representan para el país y para la región. A nivel económico, un informe reciente de UNFPA con datos de seis países (Argentina, Colombia, Ecuador, Guatemala, México y Paraguay) mostró que Colombia es uno de los países de América Latina con un mayor costo anual a raíz de los embarazos adolescentes (0.58% del PIB), en comparación con otros países como México (0.34% del PIB), Ecuador (0.26% del PIB) o Argentina (0.22% del PIB). Específicamente, en el país, el costo de no prevenir los embarazos adolescentes le costó al Estado más de 5.1 billones de pesos colombianos, a causa de las oportunidades perdidas, menor participación laboral o desempleo entre esas mujeres, y mayor gasto social del Estado16
 

Adicionalmente, es importante también considerar los efectos y los riesgos para las niñas y adolescentes, incluyendo, entre otros: 
 

  • La interrupción y no continuación con su educación, lo cual tiene consecuencias en los ingresos futuros y las oportunidades de vida. 
  • La restricción de su autonomía y definición de su proyecto de vida.
  • La feminización de la pobreza.
  • El aumento de riesgos de salud en el embarazo y parto, como por ejemplo los partos prematuros
  • La mortalidad materna
  • Otras afectaciones a su salud física y psicosocial 

A pesar de que Colombia se encontraba en una ruta positiva hacia la disminución del embarazo infantil y adolescente antes de la pandemia, el cierre de colegios y las cuarentenas prolongadas tienen la posibilidad de revertir el avance del país.


Por esta razón, es necesario tomar acciones en diferentes frentes que permitan atacar este fenómeno multifactorial. Algunas alternativas frente a la problemática incluyen las siguientes: 
 

  • Implementar contenidos de género en la formación básica de niños, niñas y adolescentes, para disminuir estereotipos especialmente la asociación del ser mujer con la maternidad.
  • Prevenir el matrimonio infantil, precoz y forzado. 
  • Garantizar la transversalidad de la educación sexual en la formación escolar con perspectiva de formación de las y los adolescentes en consciencia sobre su cuerpo y su sexualidad.
  • Singularizar los contenidos de la educación sexual, acorde a la propuesta de la etnoeducación y la educación para la igualdad con enfoque de género.
  • Realizar alianzas locales con entes que tengan acceso y legitimidad ante la población para abordar el tema de la prevención temprana del embarazo.
  • Garantizar acceso a servicios de salud sexual y reproductiva para todas las mujeres en el territorio nacional. 
  • Facilitar el acceso a los métodos de contracepción y la formación en su utilización.
  • Garantizar el acceso a los servicios de interrupción voluntaria del embarazo.
  • Prevenir y atender violencias de género en el entendido además de que el embarazo en niñas se considera un abuso sexual. 
  • Garantizar la apertura de instituciones educativas durante la pandemia y/o encontrar mecanismos alternativos que permitan la atención oportuna de las niñas y adolescentes. 
  • Formular estrategias de cambio cultural que permitan un cambio en los roles y estereotipos de género. 

Hacemos un llamado además a los gobiernos nacional y local a fortalecer los sistemas nacionales de salud, aumentar la sensibilización y prevención de VBG, tomar medidas efectivas frente a la garantía de la interrupción temprana del embarazo y además a fortalecer los sistemas de vigilancia y diagnóstico para la prevención de violencias. 
 

Por:

 
Susana Barradas
, docente-investigadora. Directora del programa de psicología. Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, Universidad Externado de Colombia.

Ángela Guarín, profesora Asistente. Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo, Universidad de los Andes.

Izabel Solyszko, docente-investigadora. Programa de Trabajo Social, Facultad de Ciencias Sociales y Humanas. Integrante de la Unidad de Género. Universidad Externado de Colombia.

Natalia Varela, docente-investigadora. Directora del área de investigación Estudios de Familia y Sociedad. Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, Universidad Externado de Colombia.

Referencias: 
 

1Flórez, C. E. & Soto, V. E. (2006). Fecundidad Adolescente y Desigualdad en Colombia y la Región de América Latina y el Caribe. Santiago: CEPAL. https://twitter.com/DANE_Colombia/status/1441446285286969345/photo/1
DANE (2021). https://twitter.com/DANE_Colombia/status/1493316323258023936/photo/1 
DANE (2021). https://twitter.com/DANE_Colombia/status/1493316323258023936/photo/1 

4Katz, I., Katz, C., Andresen, S., Bérubé, A., Collin-Vezina, D., Fallon, B., ... & Wekerle, C. (2021). Child maltreatment reports and child protection service responses during covid-19: knowledge exchange among Australia, Brazil, Canada, Colombia, Germany, Israel, and South Africa. Child Abuse & Neglect, 116, 105078.
5Katz, I., Priolo-Filho, S., Katz, C., Andresen, S., Bérubé, A., Cohen, N., ... & Yamaoka, Y. (2021). One year into COVID-19: What have we learned about child maltreatment reports and child protective service responses?. Child Abuse & Neglect, 105473.
6Ramirez, J. & Castillo, A.  (2020). Género y Covid: brief 7. El trabajo de las organizaciones de mujeres en las regiones en el marco de la Covid-19. CoreWomen. 
7Ramirez J. & Castillo, A.  (2020). Género y Covid: brief 7. El trabajo de las organizaciones de mujeres en las regiones en el marco de la Covid-19. CoreWomen. 
8UNFPA (2020). Informe Técnico Covid-19: Un Enfoque de Género. Proteger la salud y los derechos sexuales y reproductivos y promover la igualdad de género. Nueva York: UNFPA. 
9ONU (2020). Noticias ONU. Millones de mujeres sufrirán embarazos no deseados durante la pandemia de coronavirus. Recuperado de: https://news.un.org/es/story/2020/04/1473572 
10Flórez, C. E. & Soto, V. E. (2013). Factores protectores y de riesgo del embarazo adolescente en Colombia. Bogotá: Ministerio de Salud y Protección Social. 
11Morón-Duarte, L. S., Latorre, C. & Tovar, J. R. (2014). Risk factors for adolescent pregnancy in Bogotá, Colombia, 2010: a case-control study. Revista Panamericana de Salud Pública, 36(3), 179-184
12Profamilia (2018). Determinantes del embarazo en adolescentes en Colombia. Bogotá: Profamilia. 
13UNFPA (2020). Informe Técnico Covid-19: Un Enfoque de Género. Proteger la salud y los derechos sexuales y reproductivos y promover la igualdad de género. Nueva York:
14UNFPA. Escobar, J.C., Navarrete, S.A., & Keller, V. (2019). Embarazo y maternidad en niñas y adolescentes menores de 15 años: aportes de evidencia socio-sanitaria y jurídica en la región. Lima: CLACAI.
15Lagarde, Marcela (2005). Los cautiverios de las mujeres: madresposas, monjas, brujas, presas y locas. Editorial Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Ciudad de México. México. 
16UNFPA (2020a). Consecuencias socioeconómicas del embarazo en la adolescencia en seis países de América Latina. Implementación de la Metodología Milena en Argentina, Colombia, Ecuador, Guatemala, México y Paraguay. Fondo de Población de las Naciones Unidas - Oficina Regional.