19/01/2021

¿Kamala Harris, una esperanza para las luchas feministas y antirraciales?

Hombre pinta un mural de Joe Biden, nuevo presidente de Estados Unidos y Kamala Harris, nueva vicepresidenta.
Por: Aura Angélica Hernández Cárdenas
Doctora en Sociología, The New School
Columnista invitada del Cider

"Finalmente se acabó”, se escuchaba en noviembre de 2020 en las calles de Nueva York, tras el triunfo presidencial del partido demócrata en los Estados Unidos. En esta disputa electoral, el movimiento Black Lives Matter y la lucha por los derechos de las mujeres fueron primordiales para la victoria. De hecho, según el mapa electoral, si solo se contara el voto de las mujeres o el voto de la población afro americana, Joe Biden y Kamala Harris tendrían una victoria contundente. La vicepresidenta fue fundamental para la victoria del partido demócrata, ya que le dio un balance demográfico a la candidatura presidencial. La llegada de la primera vicepresidenta negra, de madre hindú y padre jamaiquino, tiene un impacto simbólico significativo para la lucha antirracista y la agenda feminista dentro de la política estadounidense, pues hace parte de poblaciones que han sido altamente excluidas en la realidad política de este país.

Kamala Harris, formada en Howard University, una universidad históricamente negra, ha sido una mujer pionera en múltiples campos dentro de su vida política. Fue la primera mujer afroamericana en ser elegida fiscal del distrito de San Francisco en California, la primera mujer en ser fiscal general de este mismo estado, fue primera senadora hindu-americana en el congreso de los Estados Unidos, y ahora es la primera mujer negra y asiática americana, en ser elegida como vicepresidenta de este país. Harris es consciente del papel fundamental que ha jugado su identidad racial en su trayectoria, así que ha impulsado las luchas por estos derechos en diferentes ámbitos. Por ejemplo, ha sido una fuerte crítica del sistema criminal judicial, se opuso a reformas anti-gays, defendió el Obama Care ante la corte, presentó un escrito ante la Corte Suprema defendiendo la cuota racial en las universidades públicas y creó la primera Unidad de Defensa Ambiental de San Francisco, entre otras cosas.

Sin embargo, Harris ha sido bastante controversial para el ala progresista del partido demócrata y este elemento se convierte en uno de sus mayores retos. Aunque es una persona que hace parte de minorías étnicas del país ha sido ampliamente criticada por políticas que implantó siendo fiscal en el estado de California. Su posición es ambivalente en temas como el uso de la marihuana recreacional, la lucha en contra el encarcelamiento masivo y contra la violencia policial. También ha sido participe en múltiples políticas que han perjudicado a poblaciones racializadas y vulnerables. De esta manera, si bien ha entablado diálogo con el sector progresista, al mismo tiempo le tiende la mano a grupos e ideas conservadoras del país, y esto se vio reflejado en muchas de las decisiones que tomó siendo fiscal.

 


 
A pesar de esta posición ambivalente, su elección tiene un impacto simbólico significativo. En su discurso de aceptación como vicepresidenta electa de los Estados Unidos, reivindicó las luchas por la equidad de género y racial. Reconoció las demandas que muchas mujeres, de diversos orígenes raciales, han hecho durante años por tener representación política. Reivindicó el papel de las sufragistas de hace más de 100 años por obtener el voto femenino, y “el papel de estas mujeres, incluyendo a las mujeres negras, que se sacrificaron por obtener la igualdad, libertad, y justicia para todos, y que muchas veces fueron desconocidas por su labor, pero hoy deben ser reconocidas como la columna vertebral de esta democracia”.

Sin lugar a dudas, sin esta población, el partido demócrata no hubiera ganado la presidencia. En su discurso, Harris manifestó que “se siente reflejada en la determinación y en la fuerza de la visión de estas mujeres, y que se parará sobre los hombros de ellas para continuar”. Una de sus más grandes afirmaciones dentro de este discurso fue que “ella sabe que es la primera en esta oficina, pero que no será la última”, así reconoce su rol de icono, y finalizó su intervención asegurando que las niñas que miraron este discurso podrán ver que este es un país de posibilidades.

Para mí como feminista, estudiante y minoría racial dentro de Estados Unidos, Kamala Harris significa un nuevo aire en la disputa política tanto en este país como internacionalmente. Aunque considero que Harris tiene un reto inmenso para establecer un diálogo con los progresistas demócratas, su elección representa un logro fundamental para la lucha por la equidad de género y racial. Así, comienzan a abrirse los espacios de conversación para que otras voces lleguen a ser escuchadas y no silenciadas como sucedió en los cuatro años del gobierno de Donald Trump.



Las mujeres hacen parte de un grupo en aumento dentro de la opinión pública y están ocupando cada vez más cargos representativos. No se trata únicamente de Kamala Harris, junto a ella, Alexandria Ocasio Cortes, Ilhan Omar, Ayanna Presslye o Rashida Tlaib y otras voces que surgen desde minorías raciales y étnicas, están llegando al debate político en Estados Unidos, apuntando a una agenda más progresista. También, la organización civil feminista se ha venido organizando fuertemente. En las esferas políticas de Estados Unidos, el voto y la opinión de las mujeres son primordiales en cada elección, y en esta jugaron un papel fundamental para hacer girar la balanza hacia Biden en muchos estados.

Esto que sucedió en Estados Unidos tiene una influencia fundamental a nivel internacional, ya que impulsa la participación política de las mujeres y deja ver el alto impacto que tienen sus decisiones electorales. En Colombia, el debate por la participación política de ellas en los diferentes partidos está a la orden del día. Se está gestando un movimiento político que lideran las mujeres, que está consciente de diferentes demandas de grupos sociales histórica y estructuralmente discriminados y da una respuesta diferente al debate y accionar político.

La elección de Kamala Harris como vicepresidenta de Estados Unidos, aunque tenga posturas políticas controversiales, se convierte en un símbolo de esperanza que impacta de manera directa la lucha feminista y antirracista en este país y afuera de sus fronteras.

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