26/06/2020

Celebrar es también resistir: cinco décadas del Orgullo

Foto de banderas LGBTIQ+

Por: Programa de Acción por la Igualdad y la Inclusión Social -PAIIS


Otra vez es junio y otra vez es momento de celebración. El Orgullo, celebrado este mes en diferentes partes del mundo, ha sido una oportunidad para conmemorar y reconocer el impacto de las personas LGBTIQ+ en la historia, su constante lucha por la inclusión, y los avances y triunfos alcanzados en el camino hacia una ciudadanía plena y libre de violencia y discriminación. El 2020 marca, además, una fecha importante: el quincuagésimo (50) aniversario del Mes del Orgullo. La primera celebración ocurrió en 1970, un año después de los disturbios del bar gay Stonewall Inn de Nueva York, donde personas LGBTIQ+ se enfrentaron a una redada de policía y a su trato abusivo y discriminatorio.

Es importante recordar que la celebración tiene un origen concreto, y que se enmarca dentro de un contexto de opresión sistemática por parte de las instituciones de nuestra sociedad que, históricamente, han decidido que unas vidas valen más que otras. Celebrar, por lo tanto, es también resistir; y en la resistencia —orgullosa y diferente— nos encontramos y reafirmamos nuestro valor e importancia en el mundo.

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Esta conmemoración, sin embargo, la realizamos en medio de un profundo sentimiento de angustia y dolor, ante los hechos que han rodeado a la celebración. A pesar de los avances, nuestro país tiene aún una deuda inmensa con quienes se atreven a ser quien desean ser y a amar a quien desean amar. Nuestra sociedad sigue ejerciendo violencia contra quienes tienen proyectos de vida que se escapan de lo normativo y hegemónico. La violencia física y discriminación por parte de las instituciones y los funcionarios públicos hacen que los avances normativos muchas veces se queden en el papel.

Desde PAIIS, en esta ocasión, hacemos un llamado al Estado para que garantice de manera urgente los derechos de la población trans, y así mismo, para que adopte acciones contundentes que permitan la visibilización y el respeto de los derechos de la población con discapacidad y orientaciones sexuales e identidades de género no hegemónicas, en condiciones de igualdad.

La emergencia sanitaria ha hecho más visible la violencia sistemática por parte del Estado y de la sociedad hacia las personas trans. Se manifiesta no solo en la violencia policial, de la que son víctimas diariamente, sino desde la inacción frente a las múltiples denuncias de violaciones a derechos humanos y desde las medidas locales para atender la emergencia sanitaria, excluyentes y violentas como el pico y género. Los casos de Alejandra, Natalia, Macarena y muchas otras personas trans que han sido víctimas de violencia policial y de otras violencias institucionales no son casos aislados. La respuesta del Estado no puede reducirse a señalar que se trata de “manzanas podridas”, pues la normalización de la violencia encuentra uno de sus mayores sustentos en la falta de reformas estructurales y en la negligencia reiterada por parte de las autoridades. Desde la sociedad civil tampoco se puede permitir la normalización de este tipo de violencias, y cerrar los ojos ante el comportamiento negligente de las autoridades con la comunidad trans.

Por otro lado, las personas con discapacidad, cuya orientación sexual e identidad de género no corresponde a los patrones heteronormativos de la sociedad, se sienten doblemente marginados y se enfrentan a obstáculos y barreras aún mayores, en donde el rechazo y las agresiones a las que se ven expuestos en su día a día provienen de una doble discriminación. Asimismo, existe poca información y manejo sobre asuntos de sexualidad de la población con discapacidad. Esto se debe a que las personas tienden a infantilizarlas, privándoles de sus deseos como seres humanos y restringiéndoles su libertad a la hora de expresar su género, orientación e identidad sexual.

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Es por esto que PAIIS recuerda que la lucha por los derechos de las personas con discapacidad no se lleva a cabo únicamente desde el activismo LGBTIQ+ o desde el movimiento social de discapacidad, sino que necesita abordarse con un enfoque interseccional que reconozca el diferente grado de vulnerabilidad a los que son sometidas.

Despediremos junio como mes del Orgullo celebrando desde donde estemos y como mejor podamos, sin desconocer la importancia de avanzar en la garantía de los derechos, en la protección de la vida y en la construcción de una comunidad libre, diversa y consciente.

Feliz mes del Orgullo,

PAIIS
Facultad de Derecho
Universidad de los Andes

 

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