21/02/2018

Nueva impresora 3D

Gráfica una mano con una torre diminuta
Patente a Microimpresora 3D creada en la Universidad de los Andes. 
Proceso impresora 3D de la Universdad de los Andes recibió patente
La microimpresora 3D es un dispositivo que puede construir un objeto sólido a partir de un material flexible. Se usan polímeros, resinas, aleaciones con metales y cerámicas, y hasta azúcar.
Tres investigadores de Los Andes reciben patente por microimpresora 3D
La Superintendencia de Industria y Comercio concedió patente al proyecto de la Universidad de los Andes. Inventores: Johann F. Osma, profesor del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Electrónica (centro), Nicolás Zuluaga (der) y Santiago Jumah (izq), egresados del mismo Departamento. 
Gráfica una mano con una torre diminuta
Proceso impresora 3D de la Universdad de los Andes recibió patente
Tres investigadores de Los Andes reciben patente por microimpresora 3D
La Superintendencia de Industria y Comercio concedió patente al proyecto de la Universidad de los Andes “Método y aparato para impresión 3d estereolitográfica continua con interface líquido-líquido”.

Se trata de una microimpresora 3D de alta resolución que imprime modelos muy complejos, en alta calidad y con acabados finos. Lo hace de manera rápida en corto tiempo y a bajo costo. 

Pero lograrlo tomó tiempo.

El profesor Johann F. Osma y los estudiantes Nicolás Zuluaga y Santiago Jumah, todos del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Electrónica, crearon un primer prototipo presentado por los alumnos como tesis de pregrado en 2013. 

La idea incubada en el Laboratorio Sala Limpia de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de los Andes fue un éxito. Sin embargo, los tres científicos se empecinaron en darle una mejor forma. 

Entre 2014 y 2015 los estudiantes que cursaban la Maestría en Ingeniería Electrónica y el profesor Osma, inseparables, perfeccionaron el primer prototipo y desarrollaron un modelo que ofreciera “mayor resolución de la que tienen las que están en el mercado”, dice Nicolás Jumah.

La idea de ellos sobre los procesos de impresión 3D convencionales fue realizar un cambio radical: no imprimir por capas sino de forma continua.



Con este invento, el proceso de producción de piezas, que podrían ser tan diminutas como el tamaño de una bacteria, se optimiza y actualmente es implementado en distintos campos de la ciencia como ingeniería, medicina, arquitectura, biología, entre otras.

“Todo lo que tenga que ver con manufactura de precisión y sin la necesidad de utilizar grandes maquinarías”, afirma el profesor Johann Osma, doctor en Ingeniería Química y de Procesos de la  Universitat Rovira I Virgili (Esp).

Para lograr esta patente, los tres inventores contaron con el apoyo de la Vicerrectoría de Investigaciones por medio de la Oficina de Transferencia de Tecnología y Conocimiento (Transferencia Uniandes).

“Más allá de la investigación era un trabajo de desarrollo y el sueño era capitalizarlo en un emprendimiento”: Osma.
De esta manera, los estudiantes recibieron acompañamiento de Innovandes y del Centro de Emprendimiento de la Facultad de Administración para crear dos empresas, hoy, totalmente consolidadas: RealLabs y Smothie.
  • RealLabs, compañía que presta servicios de consultoría a organizaciones, principalmente en tecnología, tanto hardware como software, desarrollo IoT y monitoreo remoto como una herramienta de integración.  http://reallabs.com.co
 
  • Smoothie, un espacio para aprender a hacer proyectos innovadores basados en tecnología. Ofrece diferentes niveles de dificultad y está pensado para personas de todas las edades.  http://smoothie.com.co

Un trabajo de varios años que convirtió a Nicolás y Santiago en emprendedores exitosos.

¿Qué es y Cómo funciona una impresora 3D?
Es un dispositivo que puede construir un objeto sólido a partir de un material flexible.
¿En qué materiales se imprime? 
Se usan polímeros, resinas, aleaciones con metales y cerámicas, y hasta azúcar.

 ¿Para qué usar una impresora 3D? 
Permite hacer un prototipo rápido y manufactura flexible, personalizada.

¿Cuánto cuesta una impresora 3D? 
Se consiguen desde 100 dólares –las caseras– hasta 150 mil dólares –las más especializadas–.

¿Para qué hacer una impresora 3D? 
Necesitábamos mucha más resolución de la que tienen las que están en el mercado. Estábamos haciendo piezas para microsistemas –de menos de un milímetro– con métodos que implicaban muchos pasos y técnicas combinadas. Queríamos hacer el equipo que nos resultara más veloz y preciso.

¿Para qué se puede utilizar? 
Podríamos pensar en imprimir estructuras que promuevan el crecimiento celular para desarrollar tejidos y prótesis. Pensar, por ejemplo, en una persona que ha perdido parte de su rostro. Con materiales biocompatibles podríamos imprimir la base a partir de la cual crecería el tejido que le falta, pero ya no como una cicatriz sino con la forma que queremos darle. Queremos involucrarnos con esas aplicaciones médicas. 


Infografía: Fáver Rodríguez.
Reportería: Diego Pinzón y Carolina Lancheros

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