02/06/2016

¿Qué hay que hacer para que desalojo del Bronx no sea otro intento fallido?

desalojo en el bronx

Más de 3.500 personas habitan el sector del Bronx

desalojo en el bronx
desalojo en el bronx

La Policía, el Ejército, la Fiscalía, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar y la Secretaría de Salud e Integración Social del Distrito fueron las entidades que participaron en el gran operativo sorpresa de intervención del Bronx, en el centro de Bogotá, la madrugada del sábado pasado. Aunque el desalojo del sector, donde habitan más de 3.500 personas, en su mayoría habitantes de calle, es contra las bandas de microtráfico, son muchos los afectados y no hay claridad sobre lo que ahora viene para que esta sea un transformación de fondo en la ciudad.

¿Cómo surgió el Bronx?, ¿qué se ha hecho con el paso de los años para manejar la situación del lugar? y ¿qué se debe hacer ahora? son algunas de las preguntas que Hernando Zuleta, director del Centro de Estudios sobre Seguridad y Drogas (Cesed) de la Universidad de los Andes, aborda en este texto.

El barrio de Santa Inés comenzó a cambiar en los años 50. Muchas de las casonas republicanas fueron desvalijadas y comenzaron a surgir inquilinatos. Con los inquilinatos, esta zona comenzó a ofrecer soluciones de vivienda de muy baja calidad pero también muy baratas. Además del precio, las condiciones contractuales contribuyeron a atraer a la población más pobre a esta zona. De mano del deterioro del barrio comenzaron a florecer el expendio y el consumo de drogas lícitas e ilícitas. La actividad comercial ilegal atrajo pandillas que, a través de la violencia, luchaban por el control del negocio y de la zona. Así, en los años 70 las familias del barrio habían sido desplazadas y el Cartucho se había convertido en un reducto urbano sin Estado.
En los años 80, con el crecimiento del negocio del tráfico de drogas y la popularización del bazuco, el Cartucho se convirtió en despensa y lugar de consumo. Asimismo, la mafia del microtráfico se convirtió en la dueña del Cartucho. Además del tráfico y consumo de drogas, el Cartucho fue escenario propicio para diversas actividades ilegales.

¿Cómo fue el fin del Cartucho?
En la primera alcaldía de Enrique Peñalosa se realizó la intervención del Cartucho. En esta intervención hubo programas de reubicación de los tipógrafos, vivanderas y recicladores. Además, se diseñó e implementó un programa para atender a los habitantes de la calle. Se ofrecieron alojamientos transitorios con personal especializado que atendió a las familias afectadas y programas de capacitación y orientación. Con esta intervención, el homicidio en este barrio cayó significativamente.
La alcaldía planificó intervenciones posteriores utilizando la metodología de trabajo de la intervención del Cartucho en las siguientes zonas: el Bronx, Cinco Huecos, San Bernardo, La Estanzuela y Las Cruces. No obstante, este plan perdió continuidad en la alcaldía de Luis Eduardo Garzón. Después de la intervención del Cartucho las mafias del microtráfico trataron de reubicarse, mientras que adictos y habitantes de la calle buscaban una nueva zona de tolerancia. En estas circunstancias, el Bronx, que ya era una zona problemática, terminó siendo conquistada por la mafia del microtráfico y se convirtió en el nuevo Cartucho.

¿Qué se ha hecho en el Bronx y qué debe seguir después de esta intervención?
En los últimos años se han realizado algunas intervenciones policiales pero no se ha buscado una transformación profunda de la zona. Durante la alcaldía de Gustavo Petro se planteó una política de atención a los habitantes de la calle y, en general, a los adictos. La idea central era redefinir la relación entre el Estado y los habitantes de calle. Petro intentó darle al problema un enfoque de salubridad, tratando al adicto como un enfermo sujeto de derechos. Además, reconociendo el problema de las mafias que operaban en sector, se realizó una intervención desalojando a 300 personas que habitaban en el sector y ofreciendo programas de resocialización y rehabilitación. No obstante, esta intervención no generó efectos en lo que respecta a la seguridad de la zona ni tuvo logros significativos en resocialización y rehabilitación.

La última intervención tiene varias similitudes con la intervención al Cartucho realizada a finales de los 90: se realizó un desalojo completo con programas de resocialización y hay prevista una transformación urbana de la zona intervenida. Del mismo modo, los riesgos asociados a las dos intervenciones son similares. Por esto, es necesario que haya un acompañamiento continuo y de larga duración a los habitantes de la calle que han decidido acoger los programas ofrecidos por la alcaldía. Asimismo, vale la pena estudiar la experiencia de los Camads, evaluarla y, si es necesario, reorientar esta política.
También se requiere una acción decidida en todas las zonas de riesgo: Cinco Huecos, San Bernardo, La Estanzuela, Las Cruces, el barrio Santa Fe y el sector de la Alameda, que llega hasta la calle 26. En esta dirección, vale la pena revisitar los planes de la primera alcaldía de Peñalosa. No sobra enfatizar que el Estado debe tener presencia permanente en todo el centro de la ciudad tanto con labores policivas como con provisión de bienes públicos.

Finalmente, es conveniente rediseñar el papel de las instituciones distritales en lo que respecta a la política de drogas ilícitas. En particular, si el consumo problemático es tratado como un problema de salud pública y no es penalizado, es conveniente que el Estado garantice condiciones salubres y seguras para los consumidores. Esto último se facilita si hay provisión legal de drogas y el Estado participa en este proceso como proveedor o como regulador.

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