Las redes sociales son el altavoz de quienes optan por opinar sobre temas noticiosos, tendencias y asuntos de coyuntura. A través de estos medios se tejen hilos de conversaciones que favorecen a unos pero, a la vez, se contraponen a otros coonviertiendo a estas redes en escenario de disputas verbales.

En el entorno digital se polariza la opinión pública. Es usual que los cibernautas en Facebook, Twitter o Instagram se encuentren a diario con publicaciones y comentarios descalificadores, isultos y amenazas a quienes simplemente expresan su postura. 

Catalina Botero, decana de la Facultad de Derecho de la Universidad de los Andes, señala que “el diálogo honesto, genuino y tomarse en serio los argumentos de la otra persona, sin irrespetarla ni estigmatizarla, nos permite construir un consenso social y así, una verdadera democracia deliberativa”.

Aunque el diálogo con personas que piensen igual es agradable y enriquecedor hay que romper los estigmas que impiden conversar con personas que piensan distinto y discutir de manera respetuosa y tolerante.

“Nos enriquece esa diversidad, no nos empobrece”, puntualiza Botero.