Quiero Estudiar, el presente de jóvenes con futuro

Programa de apoyo Quiero Estudiar.
En 2006 se creó el programa de apoyo Quiero Estudiar.
Programa de apoyo Quiero Estudiar.
Programa de apoyo Quiero Estudiar.

Los Andes siempre ha buscado apoyar a jóvenes con excelencia académica y recursos económicos limitados. Quiero Estudiar facilita ese camino.



La Universidad de los Andes, junto con amigos, egresados, profesores, estudiantes y empleados, se ha esforzado en dar apoyo a miles de jóvenes con talento que quieren acceder a una educación superior de calidad, pero tienen recursos económicos limitados. Ante esta problemática, en 2006, surge Quiero Estudiar, un programa de apoyo financiero.

Para conocer su génesis, es necesario retroceder en el tiempo hasta 1994, cuando surge la iniciativa estudiantil Andeston, la cual permitió la creación de programas especiales que daban prioridad al talento sobre la capacidad económica, a fin de apoyar a estudiantes sobresalientes que no podían continuar con sus estudios por razones monetarias.

En 1996, la Universidad creó el Programa de Oportunidades para el Talento Nacional, el cual alcanzó a cobijar a 126 jóvenes de diferentes puntos de Colombia, incluyendo a comunidades indígenas y afrocolombianas. Este programa finalizó en 1998 debido a que no contaba con los recursos necesarios para admitir a nuevos estudiantes.

Pese a las dificultades, Uniandes continuó buscando alternativas. Fue así como en 2006 surge el programa Quiero Estudiar, apalancado por el Programa de Desarrollo Integral (PDI) de la Institución, que buscaba convertirse en pionero de la financiación universitaria en el país. Este programa permite, entre 2006 y 2009, el ingreso a Los Andes de 146 jóvenes destacados académicamente con limitados recursos económicos y presenta, en 2009, su primera promoción de graduandos. 

Atendiendo a las necesidades del mundo globalizado, en 2013, el programa evoluciona y se traza como meta no financiarse únicamente con el apoyo de amigos, egresados y empleados de la Universidad, sino que invita a sus beneficiarios a que, a modo de reciprocidad y una vez hayan concluido sus estudios e iniciado su vida laboral, aporten un porcentaje de sus ingresos con el fin de brindar la misma oportunidad a otros jóvenes. Así se asegura la sostenibilidad del programa.

Para 2016, cuando la cifra de estudiantes beneficiarios asciende a más de 1.500 jóvenes, de los cuales más de 550 ya son profesionales, la Universidad se fija como meta lograr que 20 % de sus estudiantes de pregrado sean beneficiarios del programa Quiero Estudiar, una meta en la que hoy en día se trabaja arduamente.
 

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