18/09/2017

¿Cómo vive un adulto mayor con menos de 75 mil pesos mensuales?

Gladys ha sido víctima de desplazamiento forzado dos veces en su vida, la primera causa de pobreza en el Cauca. Ahora vive con su esposo, Luis Eduardo, de 72 años, y 25 personas más entre hijos nietos y bisnietos, en Barrancabermeja, Santander. Dicen que el dinero que reciben “apenas alcanza para una arroba de arroz, aceite, sal, azúcar, un poquito de verduras y por ahí huesito y ya”. 

Ambos son beneficiarios del programa Colombia Mayor y cada uno recibe una mensualidad inferior a 75 mil pesos mensuales.

El programa es administrado por la agencia privada Consorcio Adulto Mayor bajo el auspicio del Ministerio de Salud y Protección Social. Fue creado en 2003, con el objetivo de aliviar la pobreza extrema en la población mayor colombiana que carece de recursos para su manutención –deben ser mujeres mayores de 54 años y hombres mayores de 57, clasificados en los niveles 1 o 2 del Sistema de Identificación de Potenciales Beneficiarios de Programas Sociales (Sisben) y tener ingresos que no superen medio salario mínimo mensual entre otros aspectos–.

Estos beneficios son llamados Pensiones no contributivas, “un beneficio monetario pequeño para los adultos mayores que viven en condición de pobreza. Son no contributivas porque mucha gente pobre tiene experiencia en el mercado laboral informal y no han contribuido a un fondo de pensiones”, afirma Philipp Hessel, profesor de la Universidad de los Andes, quien con un equipo de investigadores escribieron la Nota de Política: "Los efectos de la pensión no contributiva en salud y en participación laboral en Colombia". 

Basados en la evidencia de un trabajo sobre salud y efectos en el mercado laboral del programa mexicano "70 y Más", “encontraron una mejora significativa en la salud mental de los beneficiarios”, reza la nota de Política.

Además, resalta  que “los adultos mayores que recibieron el beneficio en efectivo, equivalente a cerca de 44% del ingreso promedio de los hogares, exhiben mejoras significativas en función pulmonar y niveles de hemoglobina, aunque sin mejoras en la fuerza de prensión. Los beneficiarios usaron el dinero adicional para pagar visitas al doctor, medicinas y también alimentos”.

A Luis Eduardo, de Barrancabermeja, no le gusta ir al médico. Dice que le “hacen perder mucho tiempo”. Tiene algunos achaques, pero cuando su salud se lo permite, se emplea como celador o se ocupa en oficios como ayudante de acarreos. 

Para el caso colombiano, a pesar de que el subsidio no aumenta desde la creación del programa Colombia Mayor –siempre ha estado entre 40 y 75 mil pesos mensuales– los invesigadores tuvieron cinco hallazgos principales: 

- La participación en el programa Colombia Mayor está asociada con mejoras en la autoevaluación de salud, así como una reducción en la probabilidad de ser hospitalizado.  

- Los efectos sobre la salud están restringidos a los hombres, pues estos no se observan en el caso de las mujeres. 

- No se reportan impactos del programa Adulto Mayor en los problemas de salud de los beneficiarios o en el número visitas preventivas al médico.

- El programa tiene un impacto positivo sobre la participación laboral de los hombres.

- La participación laboral entre los hombres aumentó particularmente en las ocupaciones que requieren alguna inversión inicial, como el empleo informal o la agricultura.

Se prevé que la población del programa Colombia Mayor, que cobija actualmente a 1,5 millones de adultos mayores, pasará a 2,4 millones de beneficiarios en 2018.

Por lo tanto, una de las recomendaciones de los investigadores es que “estos programas pueden no solo aliviar la pobreza extrema, sino también contribuir a frenar los crecientes costos de la atención en salud asociados con el envejecimiento y generar recaudo fiscal adicional mediante el aumento de la participación laboral de individuos por encima de la edad de jubilación”.


Conozca la historia de los Palacio Campo y más historias de familias a lo largo y ancho de Colombia aquí 

Sobre los autores:

Philipp Hessel, PhD. Profesor de la Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo, Universidad de los Andes.
Mauricio Avendaño, PhD. Profesor del Departamento de Ciencias Sociales, Salud y Medicina del King’s College London.
Tobias Pfutze, PhD. Profesor del Departamento de Economía de la Universidad Internacional de Florida.
Carlos Castelán Rodríguez, PhD. Economista senior del Banco Mundial, práctica en Pobreza Global.

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