14/08/2018

Semillas de Apego

Imagen de mamá afro con su hija
Semillas de Apego, proyecto para proteger a la primera infancia afectada por la violencia en Tumaco.

Proyecto de la Escuela de Gobierno y la Facultad de Economía de Los Andes busca proteger a la primera infancia afectada por la violencia en Tumaco.

 

Por: Arturo Harker, Ph. D.
Profesor de la Escuela de Gobierno
Universidad de los Andes

 
San Andrés de Tumaco –conocido popularmente como Tumaco– es un municipio con una abrumadora riqueza cultural y ambiental. Ubicado en el Litoral Pacífico del departamento de Nariño, este municipio de un poco más de 200 mil personas tiene un inmenso potencial económico, si se juzga por su estratégica ubicación geográfica (siendo un puerto en el Pacífico casi en la frontera con Ecuador), sus recursos naturales y la increíble diversidad cultural, gracias a la convergencia de población indígena y afrocolombiana (PAHO, 2011).

Desafortunadamente, históricamente su población ha sido víctima directa de la violencia. En 2017 se reportaron 243 homicidios en Tumaco, lo cual representa una tasa por 100 mil habitantes de 116.6. Estas cifras de violencia superan a las registradas en las ciudades más violentas del mundo -Los Cabos (111.3), Caracas (111.2) y Acapulco (106.6)-, y son más de diez veces mayores a las observadas en algunos países en medio de un conflicto civil, como Afganistán (6.5), Iraq (8.0), Somalia (8.0) y Sudán del Sur (13.9) (UNODC, 2014; Seguridad Justicia y Paz, 2017). No es ninguna coincidencia que el mayor número de cultivos ilícitos del país (23.148 hectáreas) estén sembrados en cuatro corregimientos del municipio, que la mitad de los tumaqueños vivan con necesidades básicas insatisfechas, y que casi uno de cada cuatro (23 %) estén desempleados (UNODC, 2017; DANE, 2011; Naciones Unidas, 2017).

El panorama anterior es desalentador, pero si se tiene en cuenta el impacto de la violencia sobre las futuras generaciones de tumaqueños, el panorama es devastador. Evidencia científica demuestra que la exposición durante la gestación y la primera infancia a eventos adversos (como el crimen, la violencia, la exclusión socioeconómica y la descomposición de los núcleos familiares) tiene efectos negativos que duran toda una vida. En particular, la exposición a la violencia trunca el desarrollo físico, cognitivo y socioemocional de los niños y niñas. Adicionalmente, la exposición a este tipo de eventos adversos limita capacidad de las madres, padres o cuidadores principales para construir vínculos afectivos de calidad con sus hijos y proporcionar un entorno y cuidado adecuados para su desarrollo. Los vínculos afectivos y de apego saludables son un escudo protector que promueve el desarrollo aún en condiciones de adversidad extrema (especialmente durante la primera infancia; Lieberman y Van Horn, 2008). Sin embargo, estos mismos riesgos ambientales desbordan los recursos emocionales de las madres, padres o cuidadores principales e impiden la construcción de vínculos afectivos de calidad.

Semillas de Apego busca proteger a la primera infancia afectada por la violencia en Colombia a partir del trabajo emocional con madres o cuidadores principales. Este programa de atención psicosocial grupal surge como una estrategia para mitigar los efectos devastadores que tiene la exposición a la violencia durante la primera infancia, los cuales comprometen el derecho de miles de niños y niñas a llevar una vida productiva, saludable y feliz. El programa surgió en 2014 a partir de una alianza entre la Universidad de los Andes y el Child Trauma Research Program (CTRP) de la Universidad de California, San Francisco. Entre 2015 y 2016, este equipo desarrolló el currículo del programa y lo validó a partir de una prueba piloto que fue financiada por el Ministerio de Salud y Protección Social y el Banco Interamericano de Desarrollo.

Desde principios de 2018 y por los próximos dos años, Semillas de Apego se implementa en Tumaco. Esta fase del proyecto se da en el marco de una alianza con la Genesis Foundation y la Fundación Éxito como socios gestores y la Fundación FEMSA, The Coca-Cola Company y el vehículo de impacto colectivo Primero lo Primero quienes se han sumado a la iniciativa aportando recursos y esfuerzos. En un horizonte de tiempo de 18 meses, el programa trabajará con 640 madres (o cuidadores principales) de niños de entre 2 y 5 años, beneficiando alrededor de 940 niños de primera infancia, que han sido expuestos y están actualmente expuestos a contextos de violencia. Paralelamente, se está adelantando evaluación de impacto en el corto y mediano plazo, la cual permitirá garantizar que el programa sea escalable y efectivo, y hacer recomendaciones de política basadas en evidencia.

En su conjunto, la alianza entre los gestores y aliados del programa busca replicar Semillas de Apego a lo largo del país, contribuyendo a la construcción de paz desde los territorios y comunidades más afectadas por la violencia en el país.

Mayor información: semillasdeapego@uniandes.edu.co

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