“Vos sos una cochina. Eso te pasa por lesbiana. Vamos a esperar a tu mujer porque aquí las matamos a las dos. Ya les habíamos dicho que se fueran y ustedes dan mal ejemplo a la vereda y aquí las vamos a limpiar”, cuenta uno de los relatos de las mujeres víctimas, consignado en el capítulo Mi cuerpo es la verdad: experiencias de mujeres y personas LGBTIQ+ en el conflicto armado, que entregó la Comisión de la Verdad al país este 2022.


Los actores armados, cuenta Tatiana Pedraza, investigadora del grupo de trabajo de la Comisión, querían instalar un orden moral y social en los territorios. Todo alrededor de lo relacionado con el género y la sexualidad. La persecución a población LGBTIQ+ era una forma de ejercer control territorial y legitimar su presencia, porque detrás hay un respaldo social abrumador de las violencias contra esta población.


¿Qué pasó? Los 405 testimonios, en un universo de 700 hechos, señalan que estas personas pasaron por todos los hechos de violencia y todos los sectores armados ejercieron violencias sobre ellos. Amenazas, desplazamiento forzado, violencia sexual, exilio y tortura están entre las vivencias que afrontaron. Las razones están relacionadas con sus orientaciones sexuales y sus identidades y expresiones de género.


“Los patrones por cada uno de los actores se mueven entre dos extremos: la instrumentalización de las personas LGBTIQ+ y el exterminio o eliminación. En el caso de los paramilitares se vinculaban además con homicidios, feminicidios, desapariciones forzadas y desplazamiento. El fin residual de esta instrumentalización era que eran esclavizados en trabajos o con fines sexuales. También eran usados como estrategias dentro de la guerra para obtener información”, comenta Pedraza.


Con las guerrillas primó la instrumentalización y temas como la esclavitud sexual, mientras que con la Fuerza Pública la práctica giraba en torno de la aniquilación para legitimar su presencia en el territorio. ¿Dónde está la responsabilidad del Estado? Se preguntaron las investigadoras. Los hallazgos también indicaron que la herencia colonial aún está en la mentalidad del Estado-Nación donde hay unas personas que valen más que otras por cuestiones raciales, étnicas y en este caso relacionadas con cómo viven el género y su sexualidad.


No obstante, muchas de estas víctimas viven procesos de resistencia colectiva y han resignificado sus cuerpos como territorios de resistencia y reexistencia.


 

Imágenes: Comisión de la Verdad.

 

 

5 hallazgos de las violencias que vivieron las mujeres


Con un sentido humano y de país, el grupo que trabajó el capítulo de género cuenta que a pesar del sufrimiento y el dolor que vivieron millones de mujeres, el informe logra mostrar su papel como defensoras de la vida y como artífices de la construcción de paz. En 3 años el equipo logró identificar temas y violencias en un país con diversidad de mujeres, que incluyó investigación en más de 28 territorios de Colombia y más de 20 países.


Hallazgo 1


Dos hechos de violencia emergieron de la escucha: el desplazamiento forzado y el despojo de tierras y territorios. Las cifras hablan de más de 4 millones de mujeres desplazadas y el informe intenta dar cuenta de lo que significa ser sacada de su tierra, desde las experiencias de mujeres afrocolombianas, indígenas, negras.


Hallazgo 2


Las violencias sexuales y reproductivas, en el marco del conflicto armado, son otras de las principales violaciones a los derechos humanos. Fueron usadas con fines que son útiles para la guerra y en el caso del Caribe fueron funcionales para el despojo de tierras, que beneficiaban a actores económicos y políticos. Se habla de violencia en plural porque no está solo relacionada con la violación, sino con 15 tipos de violencias sexuales: esterilización forzada, acoso, maternidad forzada, entre otros.

 

Reviva la charla organizada por el Cider y la Facultad de Ciencias Sociales. 


Hallazgo 3


Las mujeres han sido también expulsadas de la democracia, especialmente para quienes han ocupado lugares de liderazgo. “Se les violenta por ocupar estos lugares como parte del sistema patriarcal. Hubo en definitiva una desprotección por parte del Estado”, indica Marcela Rivera del equipo de la Comisión de la Verdad.


Hallazgo 4


La experiencia de las mujeres en la guerra contó con testimonios de excombatientes, paramilitares y Fuerza Pública. Algunas forzadas a sumarse a las diferentes filas y otras con voluntad política. Las vivencias en el marco del conflicto también mostraron diversidades de acuerdo con el origen étnico de las mujeres.


Hallazgo 5


Las mujeres no sufrieron una sola violencia, sino una suma de las mismas, lo que impactó en sus proyectos de vida y marcó una fuerte dificultad para reconstruirlos. No obstante, el informe reconoce a las mujeres desde lugares de lucha y resistencia donde se construye juntanza, hermandad y sororidad. “Sumarse a proyectos colectivos, como una vía para salir adelante”, explica Rivera.


El informe de la Comisión de la Verdad se trata de una verdad oficial, no es la única, pero es importante porque el Estado reconoce la desprotección a mujeres y personas LGBTIQ+, cuenta Salomé Gómez, investigadora. Cada capítulo no fue hecho para incentivar el odio o la rabia, sino que se elaboró para que nos confronte como sociedad civil.


¿Dónde estábamos como sociedad cuando todo esto ocurría? Las investigadoras señalan que esta recopilación de testimonios debe llevar a cada uno a que el lugar social que ocupe genere una transformación y un compromiso. “Es hora de dejar de verlo como un dolor lejano, sino reconocernos en él. Sin duda este informe debe cambiarnos para siempre”, concluye el equipo.

 

 

Libro: Comisiones de la verdad y género en países del Sur Global

 

Esta publicación de Ediciones Uniandes y que contó con la edición académica y compilación de Diana Gómez, Angélica Bernal, Juliana González, Diana Montealegre y María Manjarrés, examina los avances, obstáculos y retos que ha enfrentado la Comisión de la Verdad en Colombia en la primera mitad de su mandato e invitan a leer con ojos críticos experiencias de otras comisiones de la verdad y ejercicios de memoria en países del Sur Global. 

 

Es también producto de investigaciones desarrolladas de manera colaborativa con universidades y centros de pensamiento nacionales e internacionales y con organizaciones sociales. 

 

 


Foto: Judy Pulido.

 

 

 

Escrito por:

Lina Fernanda Sanchez Alvarado