29/08/2016

Plebiscito: los riesgos de la refrendación

niño y anciano sentados en el piso con un cartel por la paz en una marcha
hombre de barba y camisa está cruzado de brazos junto a un muro
Juan Federico Pino Uribe, doctorado ciencia politica
niño y anciano sentados en el piso con un cartel por la paz en una marcha
hombre de barba y camisa está cruzado de brazos junto a un muro

Por: Juan Federico Pino Uribe
Estudiante Doctorado en Ciencia Política
Universidad de los Andes

La democracia en Colombia se ha caracterizado por la estabilidad y permanencia de sus instituciones, así como por la regularidad de sus comicios, que se han constituido en la única vía para elegir autoridades para puestos de elección nacional y subnacional. Paradójicamente, también la democracia ha sido asediada por actores legales e ilegales que han intentado y en algunos casos han incidido de distintas maneras sobre el juego electoral para transformar su poder armado o económico en poder político.

Episodios como el elefante de Samper, las declaraciones de un reconocido jefe paramilitar que presumía contar con dos tercios del Congreso, el esperable escándalo de la parapolítica, que demostró que los paramilitares no alardeaban en vano, y el saboteo constante de las guerrillas muestran los riesgos que enfrentan las elecciones en la ‘democracia más antigua’ del continente.

En este contexto, en 2006 surge la Misión de Observación Electoral (MOE), una red de ciudadanos y de organizaciones de la sociedad civil que se ha convertido en un veedor no partidista de la calidad e idoneidad de las elecciones en la mayoría del territorio. Asimismo, las acciones de la MOE se han dirigido a estructurar una red de aliados entre los que se cuentan Organizaciones no Gubernamentales, el grupo de Elecciones y Partidos Políticos en Colombia de la Universidad de los Andes y el Observatorio de Procesos Electorales (OPE), de la Universidad del Rosario, entre otros.

Estas dos últimas universidades propusieron una metodología que permitía identificar los municipios que estaban en distintos niveles de riesgo por fraude electoral o violencia política, para alertar y priorizar el trabajo de las organizaciones civiles y de esta forma proteger la integridad de los comicios. Estos riesgos se registran en distintos mapas que son conocidos como Mapas de Riesgo Electoral, que se presentan públicamente y se entregan a las autoridades tres meses antes de las elecciones regionales y nacionales.

La aceptación por parte de los dos grupos negociadores del gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarios de Colombia (Farc) del plebiscito para ratificar popularmente los acuerdos, y la decisión de la Corte Constitucional de declarar exequible el proyecto de ley estatutaria, que consagra y regula el plebiscito especial por la paz que se realizará el próximo 2 de octubre, convirtieron al 2016 en un año electoral.

Así las cosas, la MOE organizó, junto con las organizaciones e instituciones académicas aliadas, el análisis de los riesgos que enfrenta el plebiscito en las regiones del país. El jueves 11 de agosto de 2016 se realizó el lanzamiento del libro Mapas de Riesgo Electoral. Plebiscito para la refrendación del acuerdo de paz, en cuya elaboración participaron investigadores de la Universidad de los Andes. En este se exponen los riesgos diferenciados que puede enfrentar la votación por el sí y el no, en unas elecciones que no se habían realizado desde 1956, en el plebiscito que aprobó la conformación del Frente Nacional.

En el libro, se realiza un seguimiento a cinco tipos de riesgos que enfrenta la votación para el plebiscito: (i) violencia política, (ii) zonas veredales transitorias de normalización y zonas campamentarias para la desmovilización; (iii) presencia de economías ilegales, (vi) municipios con restitución de tierras, y (v) riesgos electorales.

En los riesgos por violencia política el lector encontrará mapas con la presencia de los actores armados que por medio de la violencia pueden constreñir la opinión de los ciudadanos para votar por el sí o por el no, específicamente las Bandas de Crimen Organizado (Bacrim), el Ejército de Liberación Nacional y las Farc. El libro también muestra zonas donde se han registrado amenazas y asesinatos de periodistas, entre otras violaciones a la libertad de prensa. Estos actos permiten identificar municipios donde los medios de comunicación han tenido constricciones para desarrollar su trabajo y pueden tener obstáculos para informar libremente sobre el plebiscito. De igual forma, se tienen en cuenta el desplazamiento forzado, la violencia política social y la presencia histórica de estructuras paramilitares en el territorio como factores de riesgo para la participación de los ciudadanos en el plebiscito.

Entre los riesgos por presencia de economías ilegales se identificaron municipios que tienen presencia de cultivos ilícitos y minería ilegal. La presencia de este tipo de actividades constituye un riesgo para las votaciones por el plebiscito, ya que los actores armados, bien sean guerrillas o Bacrim que controlan estas regiones, pueden optar por presionar a favor del sí o el no en estas zonas, dependiendo su interés en la continuidad del conflicto del Estado con las Farc. En cuarto lugar, se identifican los municipios con restitución de tierras, ya que el fortalecimiento de esta política pública está incluido en los acuerdos de paz en la Habana y pueden existir actores en el territorio, interesados en incidir en la decisión de los votantes como una forma de obstaculizar el proceso de restitución.

Finalmente, están los riesgos electorales. Estos señalan las regiones que históricamente han tenido comportamientos atípicos en sus niveles de votos nulos, tarjetones no marcados y niveles muy bajos o altos de participación electoral, por lo que es posible que sean susceptibles a la adulteración de los votos por medio del fraude electoral a favor del sí o el no, dependiendo la zona.
Consulte el libro Mapas de Riesgo Electoral. Plebiscito para la refrendación del acuerdo de paz

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