07/03/2018

¿Cómo se informan los estudiantes universitarios en Colombia?

La encuesta se realizó de forma electrónica a 694 estudiantes de 10 universidades públicas y privadas del país entre mayo y agosto del 2016.
La encuesta se realizó de forma electrónica a 694 estudiantes de 10 universidades públicas y privadas del país entre mayo y agosto del 2016.
La encuesta se realizó de forma electrónica a 694 estudiantes de 10 universidades públicas y privadas del país entre mayo y agosto del 2016.
La encuesta se realizó de forma electrónica a 694 estudiantes de 10 universidades públicas y privadas del país entre mayo y agosto del 2016.
La encuesta se realizó de forma electrónica a 694 estudiantes de 10 universidades públicas y privadas del país entre mayo y agosto del 2016.
La encuesta se realizó de forma electrónica a 694 estudiantes de 10 universidades públicas y privadas del país entre mayo y agosto del 2016.
Según datos de la ONU, el planeta Tierra está habitado por 7.300 millones de seres humanos. De este número, un 51 % usa un celular y un 31 % tiene acceso diario a redes sociales a través de su móvil o de un computador. Esto significa que los medios de comunicación enfrentan el reto de informar a sus audiencias a través de estos nuevos canales.

Y es que según el análisis de World Press Trends , al menos el 40 % de los usuarios globales de Internet leen periódicos y medios online .  Esto ha llevado a que medios de comunicación tradicionales hayan tenido que volcarse hacia herramientas como Youtube, Facebook Live, Periscope y Snapchat para alcanzar a más usuarios y, al mismo tiempo, tratar de entender los comportamien tos de sus audiencias. De esa manera, buscan ampliar el alcance de la información que entregan a diario.  

Las docentes de la Universidad de los Andes María Paula Martínez y Jimena Zuluaga, del Centro de Estudios en Periodismo (Ceper), realizaron una investigación para comprender a las audiencias digitales en Colombia y cómo los medios han cambiado para adaptarse a este momento noticioso virtual. 

 
Más entretenidos que informados 
Por Omar Rincón, profesor asociado, Centro de Estudios en Periodismo (Ceper), Facultad de Artes y Humanidades.
orincon@uniandes.edu.co


Nuestra sociedad es la de la información. No sabemos cómo, pero estamos más informados. Todo nos llega vía redes digitales. Habitamos un ecosistema de pantallas. Somos la civilización transmedia. Pregonamos que ahora somos interactivos, co-productores de mensajes, navegantes de tendencias, hipertextuales y agregadores de sentidos.

En este universo donde todo es posible, la realidad es que estamos más y mejor entretenidos, pero no mejor informados. La transformación radical en el ecosistema de medios está en que cada sujeto es un “programador” de su comunicación, ya no dependemos de quienes emiten, ahora los que consumimos decidimos cómo nos entretenemos e informamos. Pero esto es también una falacia porque son los algoritmos los que deciden los modos, los cómo y los qué que consumimos. Los algoritmos se encargan de hacernos la vida más placentera: si me gustan los gaticos, gaticos me llegarán; si somos uribistas, las redes nos darán esa fe; si hinchamos por Nairo, él nos hablará en mil formatos.

Facebook nos dará siempre lo que nos gusta, Amazon nos venderá contenidos cercanos a nuestra burbuja, Netflix nos divertirá con nuestros gustos.

Ya no decidimos, los algoritmos nos darán eso que nos hará sentir como en casa. Cada uno en sus saberes, placeres y creencias. Y todos felices, menos la democracia y la vida en colectivo. Ese placer de recibir y consumir lo que se parece a nuestros intereses y gustos nos está llevando a estar más informados en lo de uno y lo privado, pero más lejanos de los otros gustos, saberes y experiencias. Cada uno vive feliz en su gueto, pero no en la opinión pública diversa, plural y de todos. Ha muerto la opinión pública como el lugar de todos.

Nace la selfie opinión o ese estar conforme con las creencias de uno. Esto significa que no sabemos cómo piensan los que no son como uno. Así no estamos mejor informados, sino más conformados con nuestros propios prejuicios. Habitamos una sociedad selfie en la cual la información es solo el espejo que nos refleja nuestro propio mundo. Y esto es problemático en términos de democracia, ya que el disenso no es posible, solo queda el militar en la fe que creemos.

Estar informados significa en términos de opinión pública tener los elementos, los datos, los criterios diversos y plurales para tomar decisiones de manera consciente en la vida cotidiana. En un país como Colombia, los ciudadanos tomamos la mayoría de decisiones con base en intereses familiares o de fe más que de colectivo social o información pública diversa. Este estar peor informados tiene como fuentes nuestra pasividad ante la vida pública y la pasión por la vida privada. Esta desazón con la democracia y las ideas y este fanatismo por lo privado y lo íntimo es lo que ha llevado a que las redes digitales (Facebook, Twitter, WhatsApp e Instagram) sean donde Colombia vive, produce noticia, opina, ríe, matonea, se indigna y, de vez en cuando, se solidariza.

Esta pasión del siglo XXI por lo íntimo es lo que ha convertido a las redes digitales en la cancha donde los colombianos nos estamos jugando la democracia. Pero esto es posible porque los medios de comunicación abdicaron de su labor de investigación, mesura, pluralidad y diversidad y pasaron a jugar en la cancha de las redes tanto para convertirlas en “la” fuente privilegiada de información como porque andan en busca de su aprobación en clic, likes & trendings .

El estar peor informados no es un impacto directo de las redes, expresa el triunfo de las pasiones individuales sobre lo público; pero también que hemos dejado de hacer un mejor periodismo que compruebe, verifique y ofrezca criterio sobre las pasiones de las redes; así mismo, manifiesta la ausencia de los llamados “intelectuales” para hacer sentido de la vida pública en público; y por último, el fracaso de la academia que se retiró a su monasterio de las universidades para vivir una vida higiénica con sus ideas, pero con poco virus social y ciudadano 

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