02/11/2017

Invierno provoca caos en Bogotá ¿qué se puede esperar? Análisis de experto

Una persona corriendo por aguacero con granizo en la Plaza de Bolívar.
Plaza de Bolivar, octubre 27 - 2017 / Foto: Andrés Sandoval
Persona con un chochecito se moja en la Plaza de Bolívar
Plaza de Bolivar, octubre 27 - 2017 / Foto: Andrés Sandoval
Una persona corriendo por aguacero con granizo en la Plaza de Bolívar.
Plaza de Bolivar, octubre 27 - 2017 / Foto: Andrés Sandoval
Calles llenas de granizo por fuerte aguacero
Barrio Galerías, noviembre 1- 2017 / Foto: Alejandro Borráez
Calles llenas de granizo por fuerte aguacero
Barrio Galerías, noviembre 1- 2017 / Foto: Alejandro Borráez
Una persona corriendo por aguacero con granizo en la Plaza de Bolívar.
Persona con un chochecito se moja en la Plaza de Bolívar
Una persona corriendo por aguacero con granizo en la Plaza de Bolívar.
Calles llenas de granizo por fuerte aguacero
Calles llenas de granizo por fuerte aguacero

Algunas evidencias recopiladas a lo largo de los últimos 30 años muestran un aumento significativo en la aparición de precipitaciones y lluvias torrenciales en varias regiones del país como resultado de la acumulación de gases efecto invernadero.

La fuerte granizada que sacudió a los bogotanos, la noche del primero de noviembre es, apenas, un ejemplo de las graves consecuencias que trae el cambio climático.

A las seis de la tarde, en plena hora pico, la ciudad era un caos.

Decenas de articulados de Transmilenio navegaban en la Troncal de la Caracas, sobre bloques de hielo, a la altura de la Calle 72, lo que generó una enorme congestión vehicular. Mientras tanto, en otros puntos de la capital se reportaban árboles caídos, inundaciones, encharcamientos, vecinos damnificados y calles vestidas de blanco por el ‘diluvio’.

Cuando se dan aguaceros de esta magnitud, las partículas de granizo se unen y forman estructuras de hielo, difíciles de descongelar. Taponan las rejillas de los sumideros que reciben las aguas lluvias y esto desencadena el inicio de las inundaciones.

Algunas hipótesis científicas prevén eventos de lluvia mucho más intensos. “No solo de agua sino de granizo, ambos causados por alteraciones de temperatura relacionadas con el cambio climático y la isla urbana de calor que se genera en las grandes ciudades”, explica Juan Saldarriaga, director del Centro de Investigaciones en Acueductos y Alcantarillados de la Universidad de los Andes.

Los pronósticos para Bogotá, preocupan.

Según el profesor Saldarriaga existen probabilidades de aguaceros más intensos para el futuro y, lo más grave, mayor volumen de agua en menos tiempo: “Antes se presentaban lluvias de hasta 20 minutos. Hoy en día, se presentan fuertes aguaceros con aproximadamente 30 y 50 % más agua, en ese mismo lapso de tiempo”, señala el experto.

Otro de los problemas radica en los sistemas de alcantarillado, pues fueron diseñados hace muchos años y como los caudales en la ciudad viajan con mayor fuerza, simplemente no tienen suficiente capacidad de almacenamiento, especialmente en las localidades más antiguas. “Significa mayor probabilidad de inundaciones, que se agrava si va acompañada de granizo”, señala el profesor del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental.

En un ambiente urbano, como Bogotá, se prevén lluvias más intensas. Esto además podría generar taponamientos del alcantarillado e inestabilidad o taludes que afectarían viviendas y calles en zonas montañosas y en los cerros orientales.

Recomendaciones a corto, mediano y largo plazo
  1. La ciudadanía debe ser responsable con el sistema de drenaje de la ciudad y eso se relaciona con la cultura ciudadana. No arrojar basuras a la calle, esto genera taponamientos en tuberías y canales de la ciudad.
  2. En Bogotá, lo que se debe hacer es repensar su sistema de drenaje urbano que retarde la llegada del agua a los sistemas de tubería, sin cambiar las existentes. Hay alternativas como los tanques de tormenta (depósitos muy grandes de líquido), usados en varias ciudades del mundo para que, en aguaceros como el del 1 de noviembre, se retenga buena cantidad de aguas lluvia. 

Construir techos verdes y techos azules

Techos verdes: las cubiertas en azoteas, ya sean planas o entejadas, hacen que el agua ruede muy rápido hacia las calles y aumenten los caudales. Podrían reemplazarse por jardines y plantas, esto haría que el agua se concentre lentamente.

Techos azules: para retener el agua con una especie de piscina. Cae el agua y se retiene temporalmente en recipientes. Además se podría hacer un reciclaje de aguas lluvias, convertidas en aguas grises, que van a un sistema de retención y servirían para el uso sanitario en una edificación.

Enlaces relacionados:

Seminario Iberoaméricano de Redes de Agua y Drenaje (SEREA 2017). Noviembre 27 al 30, Universidad de los Andes, auditorio Mario Laserna.

 

Compartir

  • Logo Facebook
  • Logo Twitter
  • Logo Linkedin