09/03/2017

¿Cómo blindar el diálogo con las comunidades?

Mineros artesanales del Chocó, en Colombia. Junto a ellos, en el río, una máquina extractora.
Las comunidades del Chocó, en Colombia, han sido una de las más afectadas con la minería ilegal.
¿Hay que reinventar el diálogo con las comunidades para resolver con ellas los problemas que las afectan?

La respuesta es obvia según Vanessa Coronado, de la Oficina de Asuntos Ambientales del Ministerio de Minas y Energía. Como lo dictan las teorías de negociación de conflictos, “lo importante es escuchar lo que no se dice” y a su juicio, eso es justamente lo que no ha ocurrido en los territorios afectados por conflictos sociales originados en la minería ilegal, por ejemplo. Es más que reinventar el diálogo – dice –, es reconstruirlo para consolidar y fortalecer confianzas entre comunidad, Estado y empresas. Ahí está la base de la recuperación de los espacios de diálogo. Lo que está en juego en el diálogo con las comunidades es quién es el dueño del suelo, quién lo ordena y quién lo explota, señala.

En esa construcción de confianzas,  el mecanismo de la consulta previa ha sido entendido por muchos como la fórmula viable, sin embargo, Eduardo Chaparro, director del Proyecto de la Unión Europea ‘Mineral Development Network Platform’, advierte que dicha herramienta puede ser mal interpretada.

Para Margarita Serge, directora del Departamento de Antropología y quien participó en el análisis al ejercicio de consulta previa ante comunidades en Cumaribo, Vichada, el hecho de convocar a los territorios para que opinen sobre proyectos de explotación en sus regiones no siempre resulta favorable.

Generalmente se consulta en las regiones, pero las decisiones se toman en el centro del país; no se evidencia un consentimiento previo, libre e informado, y en algunos casos, las empresas que llegan a las regiones se preocupan más por su seguridad que por el relacionamiento con la gente. Esto impacta de manera negativa en el fortalecimiento del diálogo.

Chaparro va más allá e insiste que, sumado al ‘espinoso’ tema de la consulta previa, está la falta de memoria institucional, caracterizada por la ausencia de nuevas metodologías que permitan retomar o rehacer el diálogo con las comunidades. “El país está perdiendo los saberes del territorio porque no se le enseña a la gente (que llega a los territorios) que está construyendo conocimiento y saber”.

Una práctica que, según los expertos, no resulta eficaz al respecto es la cantidad de información que circula entre las comunidades y que hace referencia a los nuevos proyectos de explotación minera, por ejemplo. En estos casos “la publicidad no es información y la información es vital”, sentencia Chaparro.

Una condición importante es entender cómo la industria encaja en el territorio y construye territorio, comenta Pablo Jaramillo, director del Centro de Estudios de Impacto Social (Ceis), de la Facultad de Ciencias Sociales, que organizó el conversatorio ‘Reinventar el diálogo entre las comunidades y el sector minero energético’.

En últimas, la experiencia ha enseñado que se requiere un diálogo menos reactivo y más sustantivo, lo que puede entenderse como una nueva forma de transferir capacidades en temas de salud o educación. Esto podría generar equidad en las responsabilidades del territorio en lo social y ambiental.

Compartir

  • Logo Facebook
  • Logo Twitter
  • Logo Linkedin