11/05/2018

Bogotá sería ciudad '24 horas'

Bogotá, a punto de convertirse en ciudad 24 horas

Por: Andrés José Guerrero Alvarado - aguerrer@uniandes.edu.co

El pasado martes 17 de abril, el Concejo de Bogotá aprobó una serie de acuerdos para fomentar el desarrollo de las actividades económicas nocturnas en la ciudad.  La iniciativa ha generado mucho interés en diferentes sectores de la ciudad, pero plantea retos importantes para los actores involucrados.

Esta iniciativa no es la primera que lo propone, en 2012 se firmó el Acuerdo 106 con objetivos similares.  Así mismo, en la ciudad se han desarrollado jornadas específicas para la ampliación de horarios de servicios como Bogotá Despierta, mientras que algunas instituciones como universidades y cines también han implementado modelos similares con cierta regularidad.

Una ciudad con 8 millones de habitantes, sin contar con la población flotante asociada al turismo que puede llegar a ser un 20% del total, requiere una infraestructura necesaria para garantizar servicios 24 horas. Esta infraestructura es la que hace a una ciudad cosmopolita, es decir, en la que se encuentran servicios comunes a las ciudades más visitadas en el mundo como New York, Londres o Hong Kong.  Si Bogotá realmente quiere ser cosmopolita debe poseer dicha infraestructura.

Para lograr esto se requiere trabajo conjunto de gobierno y sector privado.  Aunque existen muchos retos, quizás los principales son la seguridad, la movilidad y la protección de derechos a las comunidades que habitan las zonas en donde se quiere desarrollar estas iniciativas.

La seguridad es quizás el mayor reto, pero tiene la ventaja de que al ser una actividad focalizada en ciertos lugares y por periodos de tiempo específico, es relativamente fácil de generar. Así mismo, el sector privado, al desarrollar su propuesta de servicios, muchas veces incluye servicios complementarios entre los que se encuentra este factor.  La experiencia de ciudades como New York y Ciudad de México evidencia que ampliar la oferta de servicios en horarios nocturnos ha mejorado la seguridad en las zonas en las que se desarrollan.

En cuanto a la movilidad, la ciudad debe mantener su servicio de transporte público las 24 horas y no limitarlo en la noche a servicios de transporte particulares como los taxis.  Dado que en algunas horas mantener el servicio de transporte público es más costoso que los ingresos que este genera, se deben desarrollar la planeación de rutas y horarios específicos que garanticen la oferta de este servicio de acuerdo con los flujos de personas producidos por las nuevas actividades nocturnas.

Finalmente es muy importante evidenciar los impactos que pueden recibir las personas que habitan en las zonas en donde la oferta de servicios se aumente en las horas nocturnas.  No sólo la seguridad es un factor fundamental, sino también el control del ruido y de basuras que pueden ser ocasionados por las nuevas actividades.  En este aspecto debe haber una revisión de las normas existentes puesto que pueden ser contradictorias con la intención de aumentar los servicios nocturnos o ser tan flexibles que no se garantice la calidad de vida para los residentes existentes en las zonas objetivo.

Los anteriores retos no son infranqueables; al contrario, invitan a pensar una ciudad distinta, a la altura de las principales capitales del mundo, que permita aprovechar el potencial turístico que Bogotá tiene y al mismo tiempo se convierta en una oportunidad de mejora para sus habitantes.

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